Acusada por suplantar la identidad de una amiga, sostiene que lo hizo sólo para acceder a un trabajo

Maribel en el trabajo, Victoria el resto del día

Victoria Angongo Nsue, a su llegado a los juzgados.  (Foto: Martiño Pinal)
Necesitaba trabajo, sostuvo Victoria Angongo Nsue, y fotocopió documentación de Maribel B., su amiga, por la que se hizo pasar para firmar un contrato laboral. Pasaron seis meses y todo se destapó. Ayer fue juzgada por usurpación de estado civil.
‘Yo no soy yo, ni el otro. Yo soy algo intermedio’, escribió Mario de Sá Carneiro. Victoria Angongo Nsue, de 26 años y natural de Guinea Ecuatorial, tampoco fue completamente ella durante seis meses de 2008, sino una combinación de identidades entre otra y la suya. Algo intermedio. Esa temporada, de hecho, también fue Maribel B. Fue dos personas distintas, dependiendo del lugar y la hora. Durante la jornada laboral se llamaba Maribel. Su jefe, los clientes, la llamaban así. Y ella respondía. Fuera de la cafetería Open, en Ourense, en la que trabajaba de camarera, era realmente ella, es decir, Victoria.

Ante el tribunal del Penal 2 de Ourense que ayer la juzgaba por usurpación de estado civil, Victoria reconoció haberse hecho pasar por otra persona ‘para conseguir trabajo’. Esa otra persona era su amiga Maribel, de quien fotocopió su tarjeta de residencia y su documento de afiliación a la Seguridad Social. ‘Sí, hice las fotocopias, y me hice pasar por Maribel’, pero sólo ‘porque necesitaba trabajo’, insistió la acusada. La necesidad la empujó.

En aquel momento su situación en España no estaba regu larizada, y en tales condiciones difícilmente obtendría un empleo. En la medida que se hizo pasar por su amiga, que sí disponía de permiso de residencia, firmó un contrato laboral.

Trabajó y cobró como otra persona, pero a los seis meses, en un control policial, al presentar la documentación que la identificaba como Maribel, algo chirrió a los agentes. Aquella foto... La acompañaron a su vivienda, ojearon su pasaporte, e inmediatamente Maribel B. se convirtió en Victoria Angongo.

Ésta sostuvo en todo momento, y ayer una vez más durante el juicio, que ‘utilicé sólo la identidad de Maribel para conseguir el trabajo’. Y para mantenerlo. ‘Para ninguna otra cosa’. En ese hecho, en que no hubo una ‘usurpación plena que englobase derechos y acciones en nombre de otra persona’, se apoyó la defensa para solicitar la libre absolución de la acusada.

Sorpresa del propietario

El propietario de la cafetería, en su testimonio, declaró su sorpresa cuando después de seis meses llamando a su empleada Maribel, descubrió que era Victoria. Ésta le había mostrado una documentación que la gestoría en la que delegaba el papeleo juzgó suficiente para redactar un contrato de trabajo. ‘Porque pasó lo que pasó’, dijo el propietario, ‘porque sino seguiría trabajando en la cafetería’.

Su ex jefe: ‘No me causó ningún perjuicio’

El propietario de la cafetería que creía haber contratado a Maribel B. fue rotundo al señalar que su ex empleada no le causó ‘ningún perjuicio’. Al contrario, ‘cumplía sus ocho horas y a veces quería continuar’. El ministerio fiscal, por su parte, solicitó imponer a la acusada una pena de ocho meses de prisión, y sustituir la inhabilitación para el sufragio por la expulsión del Territorio Nacional. El juicio quedó visto para sentencia.



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