Con una sonrisa recibió ayer Julio González la noticia de la detención de los supuestos autores del robo con intimidación del que fue objeto en la madrugada del pasado 14 de agosto. 'Claro que estou contento, pero a min xa de pouco me vale porque o medo que pasei aquelas horas non mo quita ninguén', reconocía ayer el septuagenario celanovés a quien la banda le tuvo retenido en su propia vivienda durante dos horas. 'O único que pode servir e para que lle den un escarmento e que non o volvan facer', señalaba González, que todavía se angustia al recordar los hechos sucedidos el pasado mes de agosto y que se saldó con el robo de
'Claro que estou contento, pero a min xa de pouco me vale porque o medo que pasei aquelas horas non mo quita ninguén', reconocía ayer el septuagenario celanovés a quien la banda le tuvo retenido en su propia vivienda durante dos horas. 'O único que pode servir e para que lle den un escarmento e que non o volvan facer', señalaba González, que todavía se angustia al recordar los hechos sucedidos el pasado mes de agosto y que se saldó con el robo de 600 euros, una escopeta, 76 botellas de bebidas alcohólicas, un reloj de oro, documentación personal y un BMW negro que apareció calcinado dos días después en los montes de Toen.
González, que se enteraba de la noticia de la detención por La Región, se sorprendió de que los ladrones no fuesen de la zona, ni tan siquiera de la comarca 'porque parecían coñecer moi ben o sitio', recalcaba. Sobre si reconocería a los atracadores, Julio González recordaba que 'sei que falaban galego, pero pouco máis porque ían con guantes e a cara tapada, así que non podría retoñecer a ninguén!'.
Por su parte, Delfina Vázquez Pérez, la octogenaria que el pasado 2 de agosto fue atracada por tres encapuchados en su vivienda a las afueras del núcleo de A Manchica (concello de A Merca), recibió la noticia de la detención casi sin inmutarse. Desde que sucedió el fatal suceso, Vázquez Pérez reside en la vivienda comunitaria del municipio, 'por lo que ya no tiene nada por lo que temer', reconocían sus más allegados.
Delfina Vázquez, que ayer sí se tuvo que desplazar hasta el Juzgado celanovés para una rueda de reconocimiento, aseguró no reconocer a nadie porque iban todos con pasamontañas. 'Polo único que preguntaba era polo diñeiro', dijo.
El periplo de los ladrones por la provincia también incluyó el supermercado Mega Gadis de Maside, en el barrio de A Fontela, en donde rompieron los focos del alumbrado exterior, la caja de la alarma de seguridad y cortaron el cableado telefónico. Posteriormente, forzaron una de las puertas laterales de entrada al supermercado y tras violentar la caja fuerte, se apoderaron de 3.000 euros. Asimismo, pasaron por las gasolineras de Trives y Taboadela, así como por dos veces consecutivas, en mayo y julio, recalaron en la cafetería Stuttgart, en Coles.
González, que se enteraba de la noticia de la detención por La Región, se sorprendió de que los ladrones no fuesen de la zona, ni tan siquiera de la comarca 'porque parecían coñecer moi ben o sitio', recalcaba. Sobre si reconocería a los atracadores, Julio González recordaba que 'sei que falaban galego, pero pouco máis porque ían con guantes e a cara tapada, así que non podría retoñecer a ninguén!'.
Por su parte, Delfina Vázquez Pérez, la octogenaria que el pasado 2 de agosto fue atracada por tres encapuchados en su vivienda a las afueras del núcleo de A Manchica (concello de A Merca), recibió la noticia de la detención casi sin inmutarse. Desde que sucedió el fatal suceso, Vázquez Pérez reside en la vivienda comunitaria del municipio, 'por lo que ya no tiene nada por lo que temer', reconocían sus más allegados.
Delfina Vázquez, que ayer sí se tuvo que desplazar hasta el Juzgado celanovés para una rueda de reconocimiento, aseguró no reconocer a nadie porque iban todos con pasamontañas. 'Polo único que preguntaba era polo diñeiro', dijo.
El periplo de los ladrones por la provincia también incluyó el supermercado Mega Gadis de Maside, en el barrio de A Fontela, en donde rompieron los focos del alumbrado exterior, la caja de la alarma de seguridad y cortaron el cableado telefónico. Posteriormente, forzaron una de las puertas laterales de entrada al supermercado y tras violentar la caja fuerte, se apoderaron de 3.000 euros. Asimismo, pasaron por las gasolineras de Trives y Taboadela, así como por dos veces consecutivas, en mayo y julio, recalaron en la cafetería Stuttgart, en Coles.
