El XLI congreso nacional de hospitalidades de Nuestra Señora de Lourdes dio comienzo ayer en el hotel Auriense, donde residen los más de 200 participantes hasta su clausura que tendrá lugar mañana

El milagro es la generosidad

Ourense es desde ayer y hasta mañana, punto de encuentro de decenas de miembros de diferentes hospitalidades de Nuestra Señora de Lourdes, procedentes de toda España e incluso de Francia. Por primera vez, la ciudad tiene el privilegio de acoger el congreso nacional de hospitalidades en su 41 edición, al que acuden más de 220 personas con el objetivo de renovar sus creencias y proponer en la práctica una formación cristiana para aplicarla a las personas más necesitadas.
El obispo de Ourense, Leonardo Lemos, fue el encargado de inaugurar la cita y afirmó que 'el cristianismo serviría para transformar la realidad social a través de una mayor conexión entre la vida y la fe' y por eso animó a los participantes del congreso a que no olviden el 'dinamismo operativo que la fe cristiana tiene actualmente'. Durante la inauguración, el obispo se vio arropado por la presencia del alcalde de Ourense, Agustín Fernández, y por el vicepresidente de la Diputación, Rosendo Fernández, quienes invitaron a disfrutar a los asistentes de la ciudad, de sus monumentos, de su excelente gastronomía y de sus ciudadanos. Ourense 'es una ciudad y una provincia hospitalaria por naturaleza', afirmó el vicepresidente de la Diputación.

Entre las actividades que llevan a cabo las hospitalidades, la más importante es la peregrinación anual con los voluntarios y enfermos al Santuario de Lourdes -en Francia-, lugar al que acuden con la misión de difundir el mensaje que la Virgen transmitió a Bernadette cuando se le apareció hace ya 150 años', explicó la presidenta de la hospitalidad de Ourense, Menchu Pérez. Se trata peregrinaciones de las que los asistentes sacan infinitas historias y experiencias.

En el caso de José Luis Moreno es hospitalario en León y consejero de la administración de la Hospitalité de Lourdes. Empezó su andadura hace 24 años y reconoce que al principio, 'durante los dos primeros años, estuve perdido y asombrado, pero con el tiempo fui entendiendo a través del amor y de todo lo que te aportan esas personas enfermas, que al final te acaban enseñando más de lo que tú a ellos'. Moreno afirma que, para él, el verdadero milagro es ver como esas personas 'a pesar de la situación que viven, son enormemente felices y siempre mantienen un espíritu positivo con una sonrisa en su cara'. Durante las peregrinaciones vives experiencias 'que si no estás allí, no te lo crees', enfatizó.


MORIR EN LOURDES

José Quintas Iglesias es una de las personas que vio nacer la hospitalidad ourensana -actualmente es el conciliario-, por lo que vivió en primera persona muchas de las historias y experiencias de los voluntarios y enfermos. Quintas jamás olvidará la historia de una pareja que, 'estando de peregrinación en Lourdes, sufrió la muerte del marido; pero la mujer, lejos de sentir desilusión o desesperación, se sentía enormemente feliz porque había muerto donde el se quería encontrar, en el santuario de la Virgen'. El conciliario ourensano quiso hizo hincapié en la felicidad y el gozo que los enfermos sienten cuando llegan a Lourdes, 'porque su problema -lejos de ser un castigo- representa para ellos una oportunidad de madurar en la fe'.

Antonia Sabio es uno de esos ejemplos. Su primera peregrinación a Lourdes fue hace casi 20 años y, según cuenta, 'sin saber muy bien de qué se trataba le insistí a mi madre para poder ir'. Comenzó peregrinando con la hospitalidad de Murcia -'que conocí a través de una amiga'- y terminó fundando la de Granada -de la que además fue presidenta- con la ayuda de su hermana. Intenta viajar cada año, si su enfermedad se lo permite, 'porque cuando estoy allí me siento tranquila y tengo la serenidad que necesito para afrontar mi enfermedad. Y cuando se termina y vuelvo de regreso a casa ya estoy pensando en el año que viene'. Para Antonia, el gran milagro 'es estar muerta de dolor y, sin poder tomar medicamentos, llegar a no sentirlo porque es como si desapareciera, ¿te parece poco milagro?'.

Según el presidente de la hospitalidad de Albacete -además de presidente nacional-, Juan Carlos González, el milagro está en que haya personas que 'dejen su trabajo, sus vacaciones y utilicen sus ahorros para ayudar a otros que, en muchas ocasiones, no conocen de nada'. González explicó que 'la Iglesia reconoce 66 milagros, pero hay muchísimos más y eso es una evidencia'. Se han contabilizado, dicen, más de tres mil, pero se quedan en cada hospitalidad. Según González, 'en Albacete recogemos la experiencia de un señor con un problema de salud muy grave, que estaba en silla de ruedas y que consiguió andar y terminó trabajando con nosotros como un voluntario más'. Las peregrinaciones a Lourdes, 'son por diversos motivos y a cada uno nos mueve un hecho concreto. Al voluntariado nos empuja la necesidad de ayudar y sentirnos útiles con las personas que más lo necesitan', enfatizó el presidente de la hospitalidad de Albacete.

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