Cuatro mujeres asesinadas en Ourense en lo que va de siglo

Antonio Gali Balaguer, en el juicio celebrado en la Audiencia.
photo_camera Antonio Gali Balaguer, en el juicio celebrado en la Audiencia.
Las trabajadoras del sexo se convierten en muchas ocasiones en víctimas de la violencia más descarnada. En la provincia, desde hace 18 años, murieron cuatro mujeres. 

Las mujeres que ejercen la prostitución son con frecuencia el blanco de la violencia machista en Ourense. En la provincia, en lo que va de siglo, ya hubo cuatro víctimas de homicidios y asesinatos. Todas salvo una, a manos de sus clientes.

“Los asesinatos de prostitutas son crímenes machistas invisibles, apenas aparecen en las noticias, no están reconocidos en la Ley Integral de Violencia de Género, no se contabilizan en las cifras oficiales. Y las instituciones públicas, la sociedad civil y las fuerzas de seguridad tampoco los identifican como feminicidios”, explica Graciela Atencio, autora del informe “El feminicidio en el sistema prostitucional del Estado español 2010-2015”, elaborado a partir de casos publicados en periódicos, medios digitales y sentencias sobre asesinatos de mujeres que ejercían la prostitución.

Asignatura pendiente

La muerte de Marina B.0, de 35 años, sigue siendo una asignatura pendiente para la Policía Nacional de Ourense. Fue estrangulada con una bolsa de plástico y posteriormente quemada en la parte trasera de la antigua cárcel de Progreso en mayo de 2004.  A los pocos días del hallazgo del cuerpo, fue detenido un supuesto cliente que esa noche había estado con ella y cuyo rostro aparecía en la cámara de seguridad de un cajero automático cercano. Fue puesto en libertad sin que llegase a estar formalmente imputado. Meses más tarde, en septiembre de 2004, tres personas del entorno de la víctima fueron detenidas por su presunta relación con el caso, pero quedaron libres sin cargos.

Asesino reincidente

La Audiencia provincial, con un veredicto de culpabilidad, impuso 19 años de cárcel a Antonio Gali Balaguer, un asesino reincidente. Estranguló a Aurora D.B., de 58 años y nacida en Viana do Castelo (Portugal), con la que había concertado sus servicios sexuales en la Alameda de Ourense (21 de noviembre de 2005) y a la que trasladó a un paraje solitario de Maside para impedir el auxilio.  Anteriormente, Gali Balaguer ya había cumplido cerca de 20 años de reclusión por sendos crímenes perpetrados en la década de los 80 en Zaragoza (el marido de su amante y una niña de 11 años). Los investigadores llegaron a él porque en Ourense había agredido a otra prostituta.

Disparos a bocajarro

Ramón Fernández Álvarez (50 años) disparó, el 10 de febrero de 2009, a la brasileña María Socorro D.S, de 26 años, tras mantener relaciones sexuales con ella en la casa familiar de Rioboo (Cenlle), aprovechando que su mujer había salido a trabajar. La víctima le pidió más dinero del acordado inicialmente y no dudó en coger la escopeta que tenía en la bodega de la vivienda. Posteriormente, la introdujo en el maletero de su coche y arrojó el cadáver al río. Fue condenado a 12 años y medio de prisión y cuando disfrutaba de un permiso, en abril de 2017, se suicidó con un disparo en el baño de un motel de Mos tras discutir con la mujer que había contratado para mantener relaciones sexuales.

Amistades peligrosas

El último crimen que costó la vida a una trabajadora del sexo ocurrió el 10 de septiembre del pasado año en O Barco.  Leticia M.S. “Rosi”, de 29 años y nacionalidad paraguaya, fue asfixiada en su propio piso cuando regresó de madrugada de trabajar en el club Osiris. En este caso, figuran como investigadas una compañera de piso y trabajo así como una amiga que limpiaba en ese domicilio: Fátima Abdulahi “Jenny” y Erigerneide Aparecida Alves Levino “Neidi”, de origen nigeriano y brasileño, respectivamente.  Los investigadores sospechan que en el móvil influyeron los celos profesionales: Rosi ganaba más y prestaba dinero a Fátima. La víctima presentaba arañazos, además de una uña rota, y la Guardia Civil sostiene que hubo una pelea. 

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