Para los compradores de las viviendas que denunciaron al promotor, la finca donde se prevé la construcción de una urbanización en Cabeanca está de monte. Para el Concello, prácticamente también. No en vano, el plan de sectorización -requisito indis pensable para urbanizar en este punto y que ha de ser aprobado también por la Xunta- fue denegado por la junta de gobierno local en 2006. Según el Concello, ninguno de los trámites necesarios para las obras se ha aprobado inicialmente.
De los trámites iniciales no se ha aprobado nada. Esa es la situación en la que, según fuentes de la Concejalía de Urbanismo de Ourense se encuentra la finca de Cabeanca en la que iba a ser construida la urbanización que ha generado varias denuncias contra el promotor por supuesta estafa, al cobrar por casas que no construyó. La empresa promotora, Seiseme, de Catoira (Pontevedra), había iniciado el expediente en 2005 y presentado el plan de sectorización, requisito fundamental para poder construir en suelo urbanizable no delimitado como éste. Aunque este plan ha de recibir el visto bueno de la Xunta, la junta de gobierno local ya lo había denegado en 2006. Entre otros motivos, por las dificultades de conexión a la red de saneamiento y abastecimiento.
Tras esta denegación, el Concello tiene constancia de que desde la promotora se inició en ese mismo año 2006 un estudio para realizar esta conexión al saneamiento y abastecimiento. A partir de ahí, ningún trámite más más en la Concejalía de Urbanismo. Por todo ello, desde el Concello se considera que el proyecto está en una fase muy previa, al no haberse producido la aprobación inicial de ninguno de los pasos previos a las obras. Todo ello a pesar de que, según algunos de los compradores de viviendas en esta urbanización, la fecha prevista para la entrega de las primeras viviendas era el pasado mayo. Sea como fuere, lo cierto es que las obras todavía no han comenzado.
Afectados por la quiebra de Marbar
Vecinos de Cortegada, Melón, Padrenda y Pontedeva fueron algunos de los afectados por la quiebra de la constructora pontevedresa Marbar, ocurrida a comienzos de este año. Habían comprado una vivienda en A Cañiza, Ourense y otros lugares de Pontevedra. Además de ellos, también se vieron afectados los empresarios ourensanos que le proporcionaban materiales a la constructora.
La suspensión de actividad del grupo también dejó en la estacada a los obreros, empresas subcontratadas, suministradoras de material y compradores de viviviendas de un edificio sin rematar en Carballiño. Dos inmobiliarias se encargaban de la venta de los 16 pisos que se construían.
La culpa es de la paralización urbanística
Este periódico intentó ayer sin éxito contactar con Juan Iglesias, el gerente de Seiseme denunciado. No obstante, Iglesias ya había declarado el día anterior que el retraso en las obras se debía a la demora en la respuesta del Concello a su plan sectorial. En concreto, explicaba que el problema de mi empresa es que la gente compró casas que no pudo pagar y ahora muchísimos clientes nos deben dinero, a lo que hay que sumar la paralización de los ayuntamientos en temas urbanísticos, que les lleva a no responder en el plazo estipulado.
Tras esta denegación, el Concello tiene constancia de que desde la promotora se inició en ese mismo año 2006 un estudio para realizar esta conexión al saneamiento y abastecimiento. A partir de ahí, ningún trámite más más en la Concejalía de Urbanismo. Por todo ello, desde el Concello se considera que el proyecto está en una fase muy previa, al no haberse producido la aprobación inicial de ninguno de los pasos previos a las obras. Todo ello a pesar de que, según algunos de los compradores de viviendas en esta urbanización, la fecha prevista para la entrega de las primeras viviendas era el pasado mayo. Sea como fuere, lo cierto es que las obras todavía no han comenzado.
Afectados por la quiebra de Marbar
Vecinos de Cortegada, Melón, Padrenda y Pontedeva fueron algunos de los afectados por la quiebra de la constructora pontevedresa Marbar, ocurrida a comienzos de este año. Habían comprado una vivienda en A Cañiza, Ourense y otros lugares de Pontevedra. Además de ellos, también se vieron afectados los empresarios ourensanos que le proporcionaban materiales a la constructora.
La suspensión de actividad del grupo también dejó en la estacada a los obreros, empresas subcontratadas, suministradoras de material y compradores de viviviendas de un edificio sin rematar en Carballiño. Dos inmobiliarias se encargaban de la venta de los 16 pisos que se construían.
La culpa es de la paralización urbanística
Este periódico intentó ayer sin éxito contactar con Juan Iglesias, el gerente de Seiseme denunciado. No obstante, Iglesias ya había declarado el día anterior que el retraso en las obras se debía a la demora en la respuesta del Concello a su plan sectorial. En concreto, explicaba que el problema de mi empresa es que la gente compró casas que no pudo pagar y ahora muchísimos clientes nos deben dinero, a lo que hay que sumar la paralización de los ayuntamientos en temas urbanísticos, que les lleva a no responder en el plazo estipulado.