El PXOM reduce drásticamente las perspectivas del rural y baja el suelo urbanizable para acomodarlo a 19.389 viviendas

Ourense crecerá al oeste, donde el Plan concentra más edificabilidad

Imagen aérea de la ciudad. A la izquierda, el oeste, donde está prevista la ronda y la mayor expansión. (Foto: JOSÉ PAZ)
El proyecto de Plan Xeral de Ordenación Municipal de Ourense, que será aprobado inicialmente mañana gracias al apoyo del BNG, fija el mayor volumen de edificabilidad en el entorno de la ronda bulevar, el gran paseo que partirá de la zona del Pazo dos Deportes y acaba en O Couto, por A Carballeira, A Farixa y tras O Polvorín.
Será la principal área de expansión, lo que el gobierno local considera como crecimiento natural de la ciudad, pero a costa de reducir las recalificaciones en el este, donde la orografía tampoco permite grandes superficies y, sobre todo, en el norte, en el tramado que formará la ronda termal, cuando se construya. Porque ahí, en las áreas de reparto de A Ponte, la edificabilidad sufrirá un gran recorte (otra cosa son las viviendas previstas en el entorno de la futura estación del AVE), lo que podría dar al traste con recalificaciones del Plan de 2003, que contemplaba hileras de torres paralelas al Miño. Un buen número desaparecen, salvo que hayan sido amparadas por la ordenación provisional o estén en ejecución (en este caso prácticamente ninguna).

Es precisamente la restricción a la edificabilidad y el descenso del suelo urbanizable -que cae en 642 hectáreas por el recorte al suelo residencial- lo que podría generar un mayor conflicto en la fase de alegaciones, porque repercute directamente en los derechos urbanísticos de particulares y promotores, hasta el punto de que la oposición augura ya 'miles' de reclamaciones contra el nuevo estado del suelo. Claro que el desarrollo urbanístico de la ronda termal se liga a la financiación del Ministerio de Fomento, que en absoluto está garantizada, del mismo modo que la ronda bulevar tendría que correr en buena parte por cuenta del Estado o de la Diputación, lo que también deja sin fecha su ejecución tal y como está la situación actual.

De este modo, el proyecto de planeamiento acomoda el suelo residencial existente a las 19.389 viviendas que, según el gobierno municipal autorizó la Xunta en su informe previo. De ellas, 3.174 se podrían construir en suelo consolidado vacante o insuficientemente edificado. Otras 4.632 ocuparán suelo urbano no consolidado y urbanizable en ejecución, correspondiente al planeamiento anterior. Y el mayor número, 10.660 viviendas (más de la mitad de todas ellas), irán con cargo al suelo urbano no consolidado, y urbanizable delimitado y diferido.


EL RURAL

Todavía queda otro apartado, las 923 viviendas previstas hasta el año 2039 en el perímetro rural. Ahí está, augura igualmente la oposición, otro de los problemas que tendrá el futuro planeamiento. Es este, el del perímetro rural, uno de los ámbitos en los que se esperan más alegaciones, por las restricciones a su crecimiento, en parte debido a la legislación urbanística y en parte por la previsión de los redactores del Plan, alega el BNG. Según los nacionalistas, 'ducias de vivendas quedan fora de ordenación', por lo que el PP también advirtió de que se perjudican intereses de cientos de particulares y se traslada a los concellos limítrofes una buena parte del crecimiento de la ciudad, una apuesta demográfica de riesgo, según los grupos políticos. Estas previsiones coinciden también con las que maneja la responsable de Urbanismo, Áurea Soto, que ayer aseguraba que 'esperamos poder corregirlas' aunque el informe de la Secretaría de Urbanismo de la Xunta es estricta con la expansión en el rural, para evitar una mayor dispersión de los núcleos.

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