FALLECIMIENTO

Ourense destaca la personalidad 
y la obra de Antonio Quesada Porto

photo_camera El pintor Antonio Quesada frente a uno de sus trabajos artísticos

El pintor, fallecido en Vigo, será incinerado esta tarde en el tanatorio vigués de Emorvisa, tras un oficio religioso en la capilla

El artista ourensano Antonio Quesada, fallecido en la noche del lunes en Vigo, ciudad en la que residía desde el año 1966, será incinerado esta tarde tras un acto religioso que tendrá lugar a las 17,00 horas, en el tanatorio vigués de Emorvisa.

"A mí lo que realmente me gusta y apasiona es estar con mis amigos, mi familia y mi trabajo", aseguraba el pintor durante la inauguración de su última exposición individual en la ciudad que tuvo lugar en el Centro Cultural Marcos Valcárcel, bajo el título de "Raíces", en el año 2005.

Antonio Quesada Porto nació en Ourense en 1932 formando parte de una saga familiar de artistas formada, en primera generación, por sus hermanos Xaime (fallecido en 2007), Fernando, Heriberto, Carlos y María Teresa, a quienes en 1999 rindió homenaje el club cultural Alexandre Bóveda, ya desaparecido, destacando "la polifacética labor cultural de los seis hermanos".



Segunda generación

La segunda generación de la familia también cuenta con un gran elenco de nombres de artistas, "debe ser cosa de genes", como aseguran algunos de sus conocidos, entre los que se encuentran, además de su hijo Antonio, un médico pintor, sobrinos como Herikberto, Marieta, Xaime, ya fallecido, o su sobrino Yayo Quesada quien aseguraba en su primera exposición en Ourense que "he tenido el privilegio de aprender trabajando con grandes artistas, como mi tío Antonio Quesada o mi hermana Marieta. Con 22 años fui al estudio de mi tío y allí quedé alucinado".

Aunque pronto abandonaría el hogar familiar, "con 17 años cogí mi maletita de cartón y me fui a buscar la vida por ahí", señalaba el artista ourensano hace diez años, y en 1953 fija su residencia en Zamora como funcionario de Hacienda, sus vínculos con la ciudad se mantuvieron durante toda su vida. Participó en los inicios del grupo O Volter como recordaba ayer el escultor ourensano Acisclo Manzano, amigo de Antonio y, sobre todo, de su hermano Xaime, con quienes realizó un inolvidable viaje por tierras noruegas.

"Era un buen pintor, un gran hombre. Es cierto que era un pintor más castellano que gallego, se notaba la influencia del tiempo vivido en Zamora. Era un hombre serio y simpático, como todos los Quesada. Era un pintor de paisajes", señalaba Acisclo Manzano.

Manuel Buciños fue también otro de los grandes amigo de Antonio y ayer se mostraba afectado por su desaparición, "artísticamente era un pintor extraordinario, personalísimo, con una obra importante y única. Es algo que ya le venía de familia, porque son todos muy buenos artistas. Conviví mucho con él, era una persona extraordinaria", afirmó.

Con un fino sentido de la ironía y un espíritu que siempre se mantuvo joven, Quesada nunca fue un hombre proclive a montar exposiciones ni a dejarse ver en actos sociales, "no me gusta exponer porque se interrumpe el ritmo del trabajo. Se entra, además, en una dinámica que no me gusta: publicidad, relaciones públicas y después todo eso te convierte en una mierda", aseguraba tajante.

Para artistas de una generación posterior como es el caso de Baldomero Moreiras, quien personalmente apenas conocía al pintor, su trabajo en cambio era considerado como "una obra muy seria. Lo que he visto de él siempre me ha gustado, considero que es una obra muy buena y muy bien trabajada".

El también ourensano Antón Pulido, amigo y compañero de profesión, lamentó la muerte de Quesada afirmando que “hoxe a cor ocre está de luto; coa súa morte vaise un grande da pintura”. Destacó de él su carácter luchador y su creatividad. Antón Pulido aseguró que Antonio Quesada era “un dos máis significativos da pintura paisaxística galega, alomenos quedan as súas obras, que é o que perdura”.

Nombrado como uno de los “Vigueses distinguidos 2009”, tiene en su palmarés premios como el "Quiñones de León" en 1970, con un paisaje que abarca amplias tierras desde una perspectiva aérea, tendencia que cubrirá una etapa de su pintura. También consigue la medalla de plata en la Bienal de Pontevedra de 1971, y la de bronce en la Trienal de Santiago de Compostela, de 1973. Gana el gran premio de la Bienal del Tajo, en Toledo, y el premio especial en la Bienal Nacional de Pintura de Zamora.

En la actualidad, la obra de Antonio Quesada está representada en todos los museos de Galicia y en otros muchos de provincias españolas, así como en colecciones institucionales y particulares de España, Europa y América.

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