ARTE ET ALIA

Ourense y Viveiro, arte y Semana Santa

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photo_camera Procesión de Santa María Nai hace unos cuantos años.

Viveiro y Ourense están relacionadas desde la Orden de los Franciscanos, con presencia esencial desde la Baja Edad Media

Hay en Ourense algunas procesiones de Semana Santa, mas dónde se vive ese espíritu especial de la pasión litúrgica cristiana es, ante todo en Ferrol y Viveiro. Ellas son en Galicia mucho más que un tema anual: es para ambas, por antonomasia, El Tema. Acercarse por ello a Viveiro para conocerlo, o vivirlo, desde el viernes de Dolores y su procesión, compartiendo con los vivarienses el remate de su semana previa, Adral, nos deja el poso del final de un tiempo y comienzo de otro... Aquella contempla un programa de difusión cultural de la Xunta de Confrarías, con la presentación del libro Pregón, música en las calles y en el teatro Pastor Díaz. Aquí, en este espacio civil privilegiado, un conferenciante hace el Pregón. Luego son las procesiones del domingo de Ramos, la específica, y la del Ecce Homo..., las que marcan el ritmo para la ciudad.

Viveiro y Ourense están relacionadas desde la Orden de los Franciscanos, con presencia esencial desde la Baja Edad Media. Entre nosotros tuvieron pasos procesionales, alguno de las gubias de Francisco de Castro Canseco, figura preclara del barroco gallego entre los siglos XVII y XVIII. La influencia de la huella de los frailes en Viveiro se ha mantenido en el tiempo, calando en la devoción de sus gentes con intensidad, alcanzando en la primavera de 2013 la calificación de Interés Turístico Internacional.

Este año participó en Xantar con stand propio siendo producto destacado el ‘pan dos apóstolos’; y ahora inaugura la estatua monumental los ‘Heraldos del Encuentro’, plasmación en bronce de tres personajes reales con hábito franciscano que anuncian el Encuentro de Viernes Santo, momento álgido de las procesiones. Son un trío de metal y percusión doble, un conjunto que desde ahora recordará, desde la plaza de Sta. Mª del Campo, la presencia de los laicos en la Semana de Pasión, los anónimos personajes en forma de cofrades que participan activamente son devotos, mas son asimismo colectividad y parte de un activo tejido social que une su quehacer con la cultura, gastronomía, restauración, turismo y arte. Es precisamente desde el arte cómo se produce una visibilidad especial: son las maravillosas tallas barrocas de los pasos, mas también las exposiciones de obras religiosas, y carteles. Este año el complemento es una muestra del escultor Álvaro de la Vega, el artista lucense autor de los ‘Heraldos’. Con esta escultura pública permanente suya se produce la visibilidad de la Semana Santa en el tiempo, y la del propio artista. Este es conocido por sus obras específicas de madera, mas también de hierro y bronce, cómo vimos en el Centro Cultural de la Diputación y en la Galería Visol. Suya es la estatua de la terraza del Auditorio. Con la obligada exclaustración decimonónica el patrimonio artístico franciscano se fue perdiendo en la iglesia de Montalegre, mas el tejido social de la Venerable Orden Tercera, en la capilla externa al convento, mantuvo la llama, que a ella pertenecía Ramón Otero Pedrayo, con cuyo sayal quiso ser enterrado al morir en 1976, en otro mes de abril.

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