Tener un perro en casa supone algo más que un capricho y la labor de los dueños durante su crianza adquiere una enorme importancia si queremos enseñar a un perro sin recurrir a la violencia y a palos, según advirtió ayer en el Foro La Región Pablo Hernández, veterinario y etólogo clínico, que alertó sobre los efectos devastadores que puede aparecer en un perro como consecuencia de su nula sociabilización. En su intervención, aconsejó someter a los animales al mayor abanico de estímulos posibles y no guiarse por la pena al comprar una mascota.
Estoy frustado al ver cómo la gente trata a sus cachorros cuando le toca enseñar y educarles. La advertencia la hizo ayer en el Foro La Región el veterinario y etólogo clínico, Pablo Hernández, uno de los máximos conocedores en España de los métodos para enseñar a un dueño a socia bilizar a su mascota, y que alertó sobre determinadas situaciones muy desagradables. Todavía no sabemos los efectos tan devastadores que tiene la nula sociabilización, dijo ayer durante su intervención, en la que desde una perspectiva pedagógica desglosó alguno de los secretos para conseguir con éxito la educación de un perro. ¿Pero dónde y cómo conseguirlo? Pablo Hernández recomendó acudir a un criador experto, ya que se mostró contrario a su adquisición en tiendas de animales (acarrean luego muchos problemas como estrés, dijo); o a particulares, ya que no tienen ni idea sobre muchos aspectos de la cría o de los cruces entre razas que hacen de forma discriminada. Tambiém tuvo respuesta para cuál es la mejor edad para adquirir un ejemplar: a las ocho semanas.
En este sentido, fue más allá y recomendó a los futuros compradores que no se dejen guiar por la pena ni por su aspecto físico (desvalido, matizó) si acuden a una tienda o a una perrera. Durante su conferencia, hizo mención además a un nuevo método de sociabilización animal. Se trata de las clases para cachorros que, según explicó, están muy en boga en ciudades como Madrid y que incluyen una amplia gama de recursos pedagógicos y que son muy efectivos, señaló, dentro de esta nueva vertiente de la veterinaria (la etología) que pretende conocer qué aspectos fisiológicos o del entorno afectan e intervienen en la conducta de un perro. Otro de los consejos a compradores primerizos o a familias con niños fue comprar una hembra pues las probabilidades de agresividad disminuyen considerablemente.
Por la consulta de este veterinario -licenciado por la Universidad Complutense de Madrid y que ejerce como etólogo clínico desde 1998- pasan muchas mascotas todos los días. Ante todo, lo primero que se debe averiguar son, según dijo, todos las circunstancias que están en su entorno, y ello con el fin de determinar las causas y realizar en las mejores condiciones posibles un diagnóstico lo más certero posible. De todos modos, según explicó, no llega sólo con ser un excelente observador de la conducta de una mascota, además hace falta averiguar la relación que establece el animal consigo mismo y con las personas de su entorno. Porque tener un perro puede ser una experiencia maravillosa o un calvario, apuntó.
Entre los problemas principales que mencionó Pablo Hernández -colaborador además en el programa de radio Como el perro y el gato, en Onda Cero- se encuentran la agresividad, la ansiedad, los miedos y fobias. Éstos aparecen, según explicó el veterinario, en un periodo muy determinado de su vida, entre la tercera y la decimosegunda semana. Sin embargo, sí advirtió que un perro nunca deja de aprender y que su conducta, al igual que en los humanos, se desarrolla durante el resto de su vida.
En este sentido, fue más allá y recomendó a los futuros compradores que no se dejen guiar por la pena ni por su aspecto físico (desvalido, matizó) si acuden a una tienda o a una perrera. Durante su conferencia, hizo mención además a un nuevo método de sociabilización animal. Se trata de las clases para cachorros que, según explicó, están muy en boga en ciudades como Madrid y que incluyen una amplia gama de recursos pedagógicos y que son muy efectivos, señaló, dentro de esta nueva vertiente de la veterinaria (la etología) que pretende conocer qué aspectos fisiológicos o del entorno afectan e intervienen en la conducta de un perro. Otro de los consejos a compradores primerizos o a familias con niños fue comprar una hembra pues las probabilidades de agresividad disminuyen considerablemente.
Por la consulta de este veterinario -licenciado por la Universidad Complutense de Madrid y que ejerce como etólogo clínico desde 1998- pasan muchas mascotas todos los días. Ante todo, lo primero que se debe averiguar son, según dijo, todos las circunstancias que están en su entorno, y ello con el fin de determinar las causas y realizar en las mejores condiciones posibles un diagnóstico lo más certero posible. De todos modos, según explicó, no llega sólo con ser un excelente observador de la conducta de una mascota, además hace falta averiguar la relación que establece el animal consigo mismo y con las personas de su entorno. Porque tener un perro puede ser una experiencia maravillosa o un calvario, apuntó.
Entre los problemas principales que mencionó Pablo Hernández -colaborador además en el programa de radio Como el perro y el gato, en Onda Cero- se encuentran la agresividad, la ansiedad, los miedos y fobias. Éstos aparecen, según explicó el veterinario, en un periodo muy determinado de su vida, entre la tercera y la decimosegunda semana. Sin embargo, sí advirtió que un perro nunca deja de aprender y que su conducta, al igual que en los humanos, se desarrolla durante el resto de su vida.
