Con 23 centrales eléctricas y 29 minicentrales, 2.139 megavatios de potencia instalada, así como otros proyectos en curso, tramitados o en ejecución, esta provincia es todo un paisaje de energía 'limpia'

Panorámica del 'país de los mil ríos' convertidos en agua embalsamada

Central de Castrelo de Miño en construcción, 1966. (Foto: GAS NATURAL-FENOSA)
Franco el pueblo quiere hablarte', rezaba en un lejano 1949 la pancarta que portaban unos labregos más que temerosos de la Baixa Limia.
Se acababa de inaugurar el embalse de As Conchas -el primero de la provincia- sobre unos terrenos de los que dependía su sustento; indefensos ante la realidad que se les venía encima, percibían como estaban siendo 'víctimas de un proceso confiscatorio'. Desconocían que en ello mediaba 'el interés general', la electrificación de la zona franca de Vigo donde se instalaría Citroen. El impacto fue dramático, algunos llegaron al suicidio, otros emigraron; casualmente muchos de ellos acabarían trabajando en la fábrica de Vigo. Al dictador, en su apogeo, ni la pancarta ni el pesar de los vecinos reblandeció su apetito por los embalses y su construcción.

BAJO LAS AGUAS

A lo largo de estos años hemos visto otros procesos dramáticos; 1958, A Veiga, con la construcción del embalse de Prada se sumergió el pueblo de Alberguería, también hubo protestas y pancartas el día de la inauguración con Franco presente; en esta ocasión sus portadores rematarían presos, no estaba el régimen para miramientos. Los vecinos serían desalojados de sus casas, sin diálogo ni misericordia. Los afectados recibieron una media de 300.000 pesetas por la expropiación 'cuando un piso en Ourense costaba 600.000', lo cuenta Secundino Lorenzo, 'conservacionista', con sus ancestros en la zona. Casualmente la empresa que no quiso negociar, ni interceder ante Franco, se llamaba Moncabril, en su consejo de administración figuraba Pelayo Alonso, ligado a los negocios de Carmen Polo, ésta fue la responsable del derrumbe de la central de Ribadelago en Zamora, que al año siguiente, 1959, se tragó a 144 vecinos.

Otro caso, más próximo en el tiempo, 1974, es el de Veiga de Camba (Vilariño de Conso). 60 familias de Veiga de Camba, Campos y Cambalán se buscaron otro acomodo, aunque las indemnizaciones aquí serían mayores. El de Castrelo de Miño, 1966, es un caso diferente: el proyecto planteado por Fenosa fue ampliamente contestado -gran número de intelectuales, incluido Otero Pedrayo; la mayoría de la sociedad ourensana se posicionó en contra de la central-en plena dictadura, con sabotajes contínuos; la UPG, recién formada, aglutinó para sí las movilizaciones,también el Partido Comunista. La empresa se limitó a responder de oficio que la ley les amparaba y que 'todos los miles de embalses existentes en el mundo, no podrían hacerse sin daño a los intereses particulares'. 1.665 familias se vieron despojadas de sus tierras, y el Ribeiro, una denominación pequeña, perdió una de las zonas de mayor valor, por humedad y horas de sol, para la elaboración del vino. El paisaje de viñedos mudó de piel en una fantasmal laguna artificial. Pero a partir de ahí cada intento de construcción de una central se encontró enfrente con un mayor número de movimiento contestatario.

En respuesta a tratados entre España y Portugal, Franco y Salazar, en 1990 vimos sumergirse a otro valle privilegiado, el que hoy forma parte del Embalse de Lindoso, explotado por EDP. el segundo más potente de Portugal; Buscalque, Aceredo, Bao y Reloeira son historia, Nuevo Aceredo, un espejismo sin encanto, y toda la zona -en el corazón del Xurés-, un espacio de máximas posibilidades que parece paralizado en el tiempo.

ESCENARIO EMBALSADO

Ourense, espacio privilegiado, por su orografía, riqueza hidrográfica, pluviosidad, para la generación de energía electrica, por ello. con la construcción de los embalses hemos visto como anegar pueblos, borrar ríos del mapa, alterar los cauces convirtiéndolos en meras acumulaciones de agua estanca, es tarea fácil. La colocación de barreras en los ríos ha fulminado la presencia de muchas especies -salmones, anguilas, lampreas, truchas-, antes habituales, a las que se les impide cualquier intento de remonte. Muchos de los embalses se han eutrofizado por no adecentarlos antes para su llenado, la presencia de cianobacterias es ya una evidencia, el trasvase de aguas entre ellos extenderá más el problema. Pero lo más paradógico y lamentable, es que su construcción no supuso mejora ni impidió el despoblamiento, es más, en muchos casos aceleró el desenlace. Las hidroeléctricas, muy beneficiadas, no han facilitado un desarrollo coherente, ni han revertido los ingresos en la zona, pero sí se han apropiado de los ríos y su entorno. Entre otras cuestiones porque tampoco ha habido una política que exigiera más contraprestaciones -pagan el IBI y el IAE y punto- cuando lo más lógico sería la implantación de un proyecto industrial compensatorio.

Incluso, desatendiendo la ley y la lógica, en la provincia de los 'mil embalses' se puede ver como algunos de los municipios depositarios, cuando el año viene seco y sufren restricciones de agua, tienen que ser abastecidos con cisternas. Paradojas de la vida.

“Debemos apostar polo derrube dalgunha presa'
Incendios que contaminan el cauce, minas de pizarra que cambian el color de los ríos, embalses eutrofizados, depuradoras que no funcionan o casi, remontes píscícolas imposibles, caudales ecológicos que no se respetan, para Secundino Lorenzo, conservacionista, amante de la naturaleza a rabiar, la situación de nuestra red hidrográfica, de nuestro gran tesoro 'a auga, o ouro do futuro', es lamentable. Para quien ha seguido con celo todos estos años tamaña modificación del paisaje, la alteración de la fauna, la acción mantenida por parte de las concesionarias,es desesperante. Nuestra riqueza piscícola se ha perdido, 'de Frieira non sube nada', no hay salmón que sea capaz de sortear tamaña barrera.
Por si no fuera suficiente con la amplia red de embalses planteados durante el franquismo, en los 90, con el bum de las minicentrales, no ha quedado cauce sin alterar, 'un río sagrado como era o Arnoia e metéronse con el', comenta Xan. 'O que para as multinacionais é enerxía limpa en realidade non o é, os ríos están mortos, embalsamados', apunta Secundino. Para Xan Carlos Fernández, 'o encoro de Frieira, de 1971, foi un dos maiores erros para as especies migratorias'.

Es evidente que Ourense está sobreexplotada por las concesionarias hidroeléctricas que han aprovechado con creces las particularidades hídricas, morfolóxicas y de irrigación natural para 'enriquecerse' con las concesiones, 'deberíamos apostar xa pola cultura do derrube', comenta Xan Carlos Fernández, argumento en el que coincide con Secundino, para ambos, embalses como el de Castrelo, o As Conchas, deberían ser zonas a recuperar, el primero por ocupar unos terremos de máxima valía para la viticultura, el segundo por estar en un marco paisajistico de primer nivel.

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