Los huéspedes podrán conocer la historia y leyendas del monasterio mediante 33 placas informativas

El Parador de Santo Estevo inicia una campaña pionera de musealización de sus instalaciones

Isabel Hernández, gerente del Parador de Santo Estevo, explica la primera de las placas informativas. (Foto: Martiño Pinal)
Conseguir que el cliente se nutra de la historia y de la riqueza patrimonial del Parador de Santo Estevo es el objetivo de una campaña pionera en toda la red de Paradores, presentada ayer, por la cual los huéspedes pueden realizar sus propias visitas autoguiadas mediante placas explicativas por todo el recinto del antiguo monasterio.
‘Júpiter se enamoró intensamente de esta tierra y decidió poseerla, atravesándola con un río y transformándose él mismo en agua para acariciar hasta el último recodo’. Esta es una de las frases que definen a la Ribeira Sacra a través de la nueva campaña que ha iniciado el Parador de Santo Estevo. A través de 33 placas explicativas, el antiguo monasterio se convierte en un museo por el que sus huéspedes pueden ir realizando sus propias visitas autoguiadas, conociendo cada recodo del monumento, así como su historia y sus leyendas.

La gerente del parador, Isabel Hernández Flores, fue la encargada de presentar esta campaña pionera en la Red de Paradores y que se extenderá en 2010 al de Santiago de Compostela, coincidiendo así con el Xacobeo. El objetivo no es otro que transmitir al cliente ‘la sensación de que está durmiendo en un museo y que se nutra de la historia, la majestuosidad del edificio y de su entorno’.

Durante unos 45 minutos, el cliente puede empaparse de información mediante 33 placas explicativas situadas en los enclaves más estratégicos de Santo Estevo. El Claustro de los Obispos (creado en 1220), la antigua cocina monacal o el ‘Mirador Quitapesares’ son algunos de los lugares mágicos del recorrido. Precisamente, el mirador es uno de los espacios más admirados, con unas impresionantes vistas a la Ribeira Sacra y a los bosques de robles y castaños. Su condición de ‘quitapesares’ viene dada porque era allí donde estaba situada la enfermería de los monjes benedictinos que habitaban el monasterio y allí era donde se curaban los males gracias al aire puro y el sol suave.

Los nueve anillos

Las placas no sólo se refieren a hechos históricos fehacientes, pues también se hacen eco de las leyendas que magnifican la grandeza del monasterio. La más conocida es la de ‘los nueve ani llos’, supuestamente pertenecientes a los nueve obispos que pasaron por el cenobio, a los que se les atribuía desde su escondite secreto propiedades milagrosas, como las curaciones de una niña ciega de nacimiento o de un tullido. Su poder se tradujo en un fortísimo polo de atracción para el peregrinaje, convirtiendo al de Santo Estevo en uno de los lugares más venerados por los creyentes.

Esta nueva campaña se con juga con la ya desarrollada este año dedicada a los 80 años de gastronomía en Paradores. El menú de Santo Estevo (codillo con castañas) es uno de los seis platos más demandados en toda la Red de Paradores.


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