El espíritu de Paquita y Nicanor presidió las mil y un propuestas que en forma de disfraz mostraron los vecinos antes y tras la comida popular
La imaginación hizo acto de presencia en el parque de Infesta, en Seixalbo, centro neurálgico de la celebración del Entroido durante la jornada de ayer.
Desde las 12,30 horas, las charanga "Os Caliqueños" se ocupó de animar las calles de la localidad, reivindicando el espíritu de Paquita y Nicanor, personajes emblemáticos de la celebración carnavalera de Seixalbo.
Tras un primer derroche de fantasía popular, durante la jornada matinal, se dio paso a la comida en el parque de Infesta -15 euros el coste del plato para los adultos y 10 para los más pequeños-, para dar paso después, tras una leve sobremesa para asimilar el bien condimentado menú, a una nueva ración de baile y música, en esta ocasión acompañados del grupo "Os PerQtores" y alguna formación de la localidad que también quiso aportar su granito de arena a la fiesta.
La orquesta Nevada fue la encargada de poner las notas musicales al baile de disfraces, que desde las seis de la tarde se desarrolló nuevamente en el parque de Infesta y en el que de forma individual o en grupo tomaron parte los vecinos de Seixalbo conun derroche de imaginación y cuidados detalles en la confección de vestuario, adornos y complementos de cada una de las propuestas, desde lapones a una particular boda o unos piratas muy originales y nada amenazadores; todo vale en Carnaval.
