El parque de Montealegre está cerrado al público desde el pasado mes de septiembre por decisión de la Concejalía de Medio Ambiente. O no. El cierre del perímetro del parque no impide acceder al interior del recinto a pesar de que, efectivamente, el Concello lo mantenga cerrado a la espera de contar con un sistema eficaz de seguridad y vigilancia que permita reducir a la mínima expresión el riesgo de actos vandálicos en su interior.
Sin embargo, sin necesidad de dar muchos rodeos y muy cerca de la entrada principal, es fácil encontrar un lugar por el que colarse al interior del parque, dada la escasa altura del cierre. Tanto es así que es posible toparse con alguna persona -a cuentagotas, eso sí- paseando ya por las pasarelas del parque y disfrutando del que está llamado a ser parque forestal, otrora también jardín botánico.
La cuestión no tendría más trascendencia si no fuera porque la demora de la apertura del recinto -las obras realizadas desde que se cerró finalizaron el pasado diciembre- se justifica desde el Concello por la necesidad de adoptar las pertinentes medidas de seguridad en el parque, de forma que se garantice la protección de las instalaciones.
Para el alcalde, Francisco Rodríguez, 'non ten por que pasar nada se un veciño disfruta paseando polo parque' y añade que el acceso al interior siempre ha sido relativamente sencillo. A su juicio, esto no es incongruente con mantenerlo cerrado por cuestiones de seguridad ya que, dice, existe la voluntad de abrir las instalaciones una vez estén aseguradas ciertas medidas de vigilancia.
De hecho, en sus primeros meses desde la apertura, el parque sufrió diversos actos vandálicos, que afectaron principalmente a las pantallas táctiles informativas que se habían instalado y que fueron sustraídas -de momento, no han vuelto a ser colocadas en sus soportes metálicos-, así como al pequeño edificio que alberga los aseos y que apareció con varias pintadas. El cierre del parque evitó hasta la fecha que volvieran a ocurrir.
La cuestión no tendría más trascendencia si no fuera porque la demora de la apertura del recinto -las obras realizadas desde que se cerró finalizaron el pasado diciembre- se justifica desde el Concello por la necesidad de adoptar las pertinentes medidas de seguridad en el parque, de forma que se garantice la protección de las instalaciones.
Para el alcalde, Francisco Rodríguez, 'non ten por que pasar nada se un veciño disfruta paseando polo parque' y añade que el acceso al interior siempre ha sido relativamente sencillo. A su juicio, esto no es incongruente con mantenerlo cerrado por cuestiones de seguridad ya que, dice, existe la voluntad de abrir las instalaciones una vez estén aseguradas ciertas medidas de vigilancia.
De hecho, en sus primeros meses desde la apertura, el parque sufrió diversos actos vandálicos, que afectaron principalmente a las pantallas táctiles informativas que se habían instalado y que fueron sustraídas -de momento, no han vuelto a ser colocadas en sus soportes metálicos-, así como al pequeño edificio que alberga los aseos y que apareció con varias pintadas. El cierre del parque evitó hasta la fecha que volvieran a ocurrir.
