La mayoría de los árboles que han arrancado no está previsto que sean reemplazados
Ninguna de las últimas corporaciones municipales se distinguió por su respeto y amor al árbol, pero la fobia puesta de manifiesto por la actual corporación, es insuperable.
En una revisión visual y no demasiado exacta -sólo en el centro de la ciudad- el resultado es el siguiente. En el jardín o plaza de Bispo Cesáreo faltan 23 árboles que han desaparecidos en los últimos años.
Las obras realizadas últimamente en las calles del centro eliminaron los siguientes: cuatro en Xaquín Lorenzo, cinco en la Avenida de Buenos Aires, 25 en Ramón Cabanillas, 16 en el tramo de Valle Inclán con la Avenida de la Habana, 7 en Bedoya, 10 en Cardenal Quevedo y al menos 7 en el Paseo.
La mayoría no está previsto que sean remplazados por otros. Y cuando hablamos de árboles pensamos en árboles grandes, frondosos, que den sombra, oxígeno, frescor y atraigan a la lluvia, no chorraditas decorativas que no aportan nada al ciudadano.