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Preocupación por el exceso de velocidad en Alfredo Brañas

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photo_camera Un turismo pasa ante una señal de limitación de la velocidad a 40 por hora en la calle Alfredo Brañas. (M. ÁNGEL)

Los vecinos de la zona apuntan que “alguno no respeta ni el semáforo cuando está en rojo”

Los vecinos de la calle Alfredo Brañas, que comunica el barrio de A Ponte con las piscinas y el área recreativa de Oira, muestran su preocupación por la excesiva velocidad con la que los vehículos transitan por la zona. Y eso, a pesar de que el vial está trufado de señales que obligan a reducir la velocidad, incluso a 40 por hora, así como otras avisando de la proximidad de un centro educativo. La Policía Local señalaba el jueves que este vial es en el que han detectado más infracciones en la campaña de control de velocidad que llevan a cabo esta semana.

Lo cierto es que nada parece disuadir a los usuarios de este vial. Al mediodía de ayer podía ser uno testigo de cómo los turismos pasaban sistemáticamente por encima de esa velocidad establecida hasta llegar a las bandas rugosas. Purificación García, una de las vecinas de este barrio que aprovechaba en ese momento para sacar a pasear al perro, explica que "los ves que van a toda velocidad por esta calle, sobre todo a la gente joven que va camino del área recreativa y los bares que están ahí, tras el semáforo, al pasar la curva, al lado del río Miño", explica. "Cualquier día dan la vuelta al intentar coger la curva, de tanta velocidad como llevan en algunos casos", añade esta vecina que reconoce sentir "miedo, porque ahora precisamente voy a cruzar con mi perro y siempre están los coches encima de uno, que casi no los ves venir".

"Pusieron bandas rugosas, señales de limitación de velocidad, avisos de zona escolar... Da lo mismo, no hacen caso a los letreros, van a una velocidad tremenda", apunta Teresa Nóvoa. Añade que "ese paso de peatones que pusieron hace cuatro o cinco meses allí abajo, no lo respeta nadie, sólo cuando llegan a la banda rugosa y porque les va en juego la mecánica del coche, pero en la que hay más allá, que le falta un trozo, la rodean y ya está".

Problema permanente

Explica que "ya hemos protestado varias veces al Concello por este tema, también a través de la asociación vecinal, pero parece que no tiene remedio". Teresa Nóvoa vive en esta calle "desde que nací, en esta misma casa, y siempre fue lo mismo, aunque antes de que se mejorara el firme tampoco se podía correr tanto", matiza. Reconoce que "ahora se calmó un poco por las bandas rugosas, pero hubo tiempos en que íbamos a muerto cada poco, como el dueño del Blanco y Plata, y un poco más abajo del muro de Los Tilos se mató otro".

Florentino Llanes, que también vive en una casa que da a esta calle, indica que "no es sólo gente joven, también personas mayores, el caso es que lo de la velocidad es generalizado, nadie hace caso a los límites puestos". Lleva más de 20 años viviendo en Alfredo Brañas y hace especial hincapié en que "se comen hasta el semáforo en rojo".

Desde el Concello de Ourense recuerdan que "las señales que obligan a circular con precaución por ese vial están puestas y lo que hay que pedir a los usuarios es que se respeten".

Habana o Pardo Bazán son otros puntos negros de la ciudad

La de Alfredo Brañas no es la única calle de la ciudad que ha provocado las protestas de los vecinos por el exceso de velocidad con que los vehículos transitan por ellas.

Entre los viales que más preocupan a la ciudadanía ourensana se encuentran la avenida de la Habana, Celso Emilio Ferreiro, avenida Otero Pedrayo o Emilia Pardo Bazán.

La asociación de vecinos de este área de la ciudad ha reclamado en repetidas ocasiones que se tomen medidas por parte del Concello para disuadir a los conductores de superar los límites establecidos en el centro del casco urbano. En este sentido, avisan que no es la primera vez que algún peatón se lleva un buen susto. En agosto del año pasado un bebé resultaba herido tras ser arrollado en Emilia Pardo Bazán.

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