El juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Ourense escenifica la rebaja de 15 a 7 años de pena cárcel para el acusado tras confesar su culpabilidad.
Haberse confesado autor de los hechos que lo llevaron a sentarse en el banquillo de la Audiencia le beneficia con la reducción a la mitad de la pena inicialmente solicitada por el ministerio público. José Carlos Martins Malta reconoció ayer ante el tribunal que intentó matar a su pareja con un sacho en presencia de sus hijos, en 2014, por lo que fue condenado a siete años y cuatro meses de cárcel. La fiscal solicitaba inicialmente 15 años para el portugués, por los delitos de malos tratos habituales y tentativa de asesinato, pero en sus conclusiones lo modificó por tentativa de homicidio. A preguntas de la representante del ministerio fiscal, el ahora condenado también confesó haber agredido "en más de una ocasión" a la mujer y obligarla a beber veneno durante el último año y medio de relación, coincidiendo con los relatos ofrecidos en el juicio por dos hijos de la víctima.
Fuerza
Los hechos por los que José Carlos ya cumple condena ocurrieron el 30 de noviembre de 2014, cuando fue al lugar de trabajo (en Verín) de su pareja, quien anteriormente le había pedido dejar la relación. Allí, la obligó a cerrar el local "para ir a hablar" a Boticas (Portugal), donde tenían su residencia. Ante la negativa, el hombre se valió de su fuerza para que entrase en el coche, en el que iban también dos hijos de ella (uno fruto de la relación con el acusado). Según relató la víctima en el juicio, quiso hacer una compra antes de llegar a casa, a lo que él contestó: "Non compres moita cousa que non che vai facer falta".
Una vez en el domicilio, el hombre golpeó con fuerza la puerta, y, tras haber sido recriminado por parte de su mujer, fue a buscar un sacho. A continuación, según relató la mujer, la amenazó de muerte y, en presencia de los dos hijos pequeño, le dio un golpe en la cabeza que la hizo caer al suelo, donde siguió golpeándola.
El hombre reconoció que su pareja le pidió ir al Hospital de Verín, pero en un principio se negó. Accedió después, con la condición de que no lo denunciara. En caso contrario, le dijo que se precipitaría por un barranco con los niños en el coche.
Finalmente, fue detenido en el propio hospital por agentes de la Guardia Civil, alertados por el guarda de seguridad.
