REPORTAJE

Entre la resaca y el desencanto

La jornada electoral de ayer estuvo marcada por la resaca del último partido de Champions, el ritmo propio de una jornada dominical y un cierto desencanto entre el electorado, que se hicieron palpables en los colegios

La final de la Liga de Campeones pasó factura a los comicios europeos en la ciudad, donde la afluencia de votantes comenzó al ralentí a primeras horas de la mañana -aunque no faltó el ansioso, ansiosa en este caso, de turno que se adelantó incluso a la apertura del colegio electoral: ocurrió en la mesa del colegio del Instituto Gallego de Bachillerato a Distancia (Ingabad), donde una votante aguardaba 10 minutos antes de las nueve a depositar su voto- y no fue "hasta las 12,00 o 12,30 horas que empezó a animarse la participación", según certificaba Leticia Cuquejo González, vocal segunda en dicho colegio electoral, que añadía que la mayoría de la gente que se acercó a votar a primeras horas de la mañana eran personas mayores, no empezando a verse afluencia de votantes de entre 20 y 50 años hasta el mediodía y por la tarde, "a partir de las cinco y media". Una dinámica que se repetía en el colegio electoral del centro escolar de O Couto, según confirmaba el presidente de mesa, y también en el del colegio Salesianos.

El ánimo de muchos de los que se acercaron a las urnas estaba marcado por la crisis de confianza en los políticos que se ha instalado en muchos ciudadanos en los últimos meses. Era el caso de Antonio Rodríguez Carrera, de 55 años, que se dirigía a depositar su voto en el colegio electoral del Instituto Gallego de Bachillerato a Distancia (Ingabad) y apuntaba que "mi voto va a ser en blanco, cumplo como español pero no le doy mi voto a ningún político porque me han defraudado". Esta idea parecía ayer no ser patrimonio de una generación concreta, ya que Laetitia Méndez, de 18 años, coincidía en esa idea de votar "en blanco, porque nadie de los que se presentan me inspiran confianza, aunque sea de izquierdas no les voy a votar, son todos iguales". Antonio Rodríguez Outeiriño, de 29 años y encargado de las puertas de la mesa electoral del Ingabad, reconocía que "no voy a votar porque no me siento representado por ninguno de ellos".

En el otro lado de la balanza se situaba Juan José Merino Reguera, que salía del colegio electoral con una papeleta de cada partido que se presentaba a estos comicios. "Se los voy a enseñar a mi nieta, de cinco años, pero es que aparte, me llaman la atención algunos de los que se presentan, como ese Partido Animalista". Merino defiende que "hay que votar", aunque en su caso no pudo hacerlo "porque acabo de llegar de A Coruña y no estoy todavía censado en Ourense".

Julio Ponce, de 40 años, tras depositar su voto, valoraba estos comicios como "importantes", aunque reconocía que "tal como está la urna de llena, no lo parece".

Y es que, a media tarde, la participación parecía estar por debajo de la de comicios precedentes. "Muy poca gente joven, mucha abstención y mucha gente mayor", resumía Juan Fraga, presidente de mesa en Salesianos, aunque Fernando Varela, interventor del BNG en el colegio electoral de Santo Ángel, afirmaba que la participación "foi similar á do 2009".

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