4 'Para nosotros, las canciones son más importantes que los estilos e incluso que los artistas y si una canción emociona, nos da igual que sea un rock, pop, una balada... Lo que vale es la emoción', asegura Rubén Pozo, uno de los miembros de Pereza. El grupo ofrecerá mañana un concierto en la ciudad de As Burgas coincidiendo con las fiestas de Ourense. Rubén asegura a los fans que 'seguimos siendo los mismos, con algunos años más, y no perdemos de vista que aquí estamos por las canciones'.
Acaban de terminar una gira por teatros -más acústica- y comienzan la de Aviones. ¿Con qué se encontrará su público?
En los teatros teníamos un rollo más cercano con el público, podíamos recrearnos más en momentos íntimos. No sé lo que vamos a perder ahora en espacios al aire libre pero de alguna manera hemos tirado más por el rock y por la sangre, sin dejar de lado los otros momentos. Hay caña y arrumacos.
No. Creo que a la gente que le gustan nuestras canciones le van a gustar por encima de los estilos que utilicemos. Para nosotros, las canciones son más importantes que los estilos e incluso que los artistas y si una canción emociona nos da igual que sea un rock, pop, una balada... Lo que vale es la emoción, el resto es un envoltorio.
¿Cómo está respondiendo el público a Aviones?
Muy bien, en los conciertos de los teatros, la gente controlaba Aviones de pe a pa y nosotros hacíamos un repertorio que abarcaba toda nuestra discografía aunque nos centrábamos en Aviones. La respuesta ha sido increíble. Era una apuesta fuerte por nuestra parte, de repente ponernos más íntimos, más acústicos... y ha sido genial. Es lo que he dicho, a la gente que le gustan nuestras canciones le gusta Aviones, que tampoco veo que haya sido un cambio tan grande, ya que no nos hemos pasado a la música electrónica. Sigue habiendo guitarras, aunque desenchufadas, pero sigue siendo rock.
Bueno, son unas de ellas. Ronaldos han sido un grupo de rock de Madrid muy importante para nosotros, nos ha gustado siempre lo que hacían, esa mezcla de chulería y espontaneidad. Burning es la piedra filosofal del rock madrileño, son los que empezaron a abrir camino del rock en castellano en España y Lou Reed es un chavalote de nuestro barrio al que nombramos para darle un poco de presencia, que se lo merece (risas).
Han pasado de flipar al ver su cara en el As, en Princesas, al lado incómodo de la fama en las 4 y 26. ¿Cómo ha repercutido el éxito en sus vidas personales?
En lo que más, es que ahora pagamos la cuota del gas y las bolsas del Carrefour con lo que ganamos en los conciertos y los derechos de autor, con la música. Ese es el cambio más impresionante y celebrable que ha habido. Por lo demás, seguimos siendo los mismos, con algunos años más, y no perdemos de vista que aquí estamos por las canciones. A pesar de las distracciones que pueda haber a la hora de vender más discos, lo que nos ha traído aquí es la pasión por la música y las canciones y en esas estamos. Se nos cae la baba cuando escuchamos una buena canción de alguien y quiero que esa baba siga fluyendo siempre.
Los dos componen, ¿cómo evitan los celos profesionales?
Tratamos de meter en el disco lo que más nos gusta. Leiva y yo llevamos muchos años trabajando juntos y antes, siendo amigos. Nos está saliendo bien la jugada y cumpliendo nuestros sueños. A pesar de que como cualquier otro matrimonio tenemos nuestros más y nuestros menos, seguimos juntos y cuidando de nuestros hijos.
En los teatros teníamos un rollo más cercano con el público, podíamos recrearnos más en momentos íntimos. No sé lo que vamos a perder ahora en espacios al aire libre pero de alguna manera hemos tirado más por el rock y por la sangre, sin dejar de lado los otros momentos. Hay caña y arrumacos.
No. Creo que a la gente que le gustan nuestras canciones le van a gustar por encima de los estilos que utilicemos. Para nosotros, las canciones son más importantes que los estilos e incluso que los artistas y si una canción emociona nos da igual que sea un rock, pop, una balada... Lo que vale es la emoción, el resto es un envoltorio.
¿Cómo está respondiendo el público a Aviones?
Muy bien, en los conciertos de los teatros, la gente controlaba Aviones de pe a pa y nosotros hacíamos un repertorio que abarcaba toda nuestra discografía aunque nos centrábamos en Aviones. La respuesta ha sido increíble. Era una apuesta fuerte por nuestra parte, de repente ponernos más íntimos, más acústicos... y ha sido genial. Es lo que he dicho, a la gente que le gustan nuestras canciones le gusta Aviones, que tampoco veo que haya sido un cambio tan grande, ya que no nos hemos pasado a la música electrónica. Sigue habiendo guitarras, aunque desenchufadas, pero sigue siendo rock.
Bueno, son unas de ellas. Ronaldos han sido un grupo de rock de Madrid muy importante para nosotros, nos ha gustado siempre lo que hacían, esa mezcla de chulería y espontaneidad. Burning es la piedra filosofal del rock madrileño, son los que empezaron a abrir camino del rock en castellano en España y Lou Reed es un chavalote de nuestro barrio al que nombramos para darle un poco de presencia, que se lo merece (risas).
Han pasado de flipar al ver su cara en el As, en Princesas, al lado incómodo de la fama en las 4 y 26. ¿Cómo ha repercutido el éxito en sus vidas personales?
En lo que más, es que ahora pagamos la cuota del gas y las bolsas del Carrefour con lo que ganamos en los conciertos y los derechos de autor, con la música. Ese es el cambio más impresionante y celebrable que ha habido. Por lo demás, seguimos siendo los mismos, con algunos años más, y no perdemos de vista que aquí estamos por las canciones. A pesar de las distracciones que pueda haber a la hora de vender más discos, lo que nos ha traído aquí es la pasión por la música y las canciones y en esas estamos. Se nos cae la baba cuando escuchamos una buena canción de alguien y quiero que esa baba siga fluyendo siempre.
Los dos componen, ¿cómo evitan los celos profesionales?
Tratamos de meter en el disco lo que más nos gusta. Leiva y yo llevamos muchos años trabajando juntos y antes, siendo amigos. Nos está saliendo bien la jugada y cumpliendo nuestros sueños. A pesar de que como cualquier otro matrimonio tenemos nuestros más y nuestros menos, seguimos juntos y cuidando de nuestros hijos.
