Sanidade se reúne hoy con Aspanas y los comuneros para acordar el futuro de las instalaciones

Vecinos de Toén decidirán el 1 de junio sobre el psiquiátrico

Instalaciones del antiguo Hospital psiquiátrico, cerrado desde enero de 2012. (Foto: M. ANGEL)
Una asamblea de los vecinos de Moreiras, propietarios del monte sobre el que se ha construido el pisquiátrico de Toén, decidirá el próximo 1 de junio si acepta la cesión de toda la superficie -50.000 metros cuadrados cercados y más monte alrededor- a la entidad de utilidad pública sin ánimo de lucro Aspanas Termal, que pretende convertir el recinto en un centro de terapia e integración de personas discapacitadas, y abierto a otros colectivos sociales para el desarrollo de múltiples actividades, como adelantó La Región.
La Consellería de Sanidade convocaba ayer a última hora de la tarde a los medios gráficos de comunicación para dejar testimonio de una reunión que la conselleira Rocío Mosquera mantendrá hoy con la gerente de Aspanas Termal, Rosa Carrera, y con comuneros para, reza textualmente el anuncio, 'acordar a concesión do antigo Hospital Psiquiátrico'. A esa misma hora, representantes de la asociación de propietarios del monte en mano común de Moreiras acudían a una cita con la gerente de gestión integrada de la sanidad ourensana, Eloína Núñez, y varios miembros de su dirección, así como con el alcalde de Toén, Amancio Cid, acordando finalmente someter el acuerdo de cesión a la decisión de los vecinos, propietarios últimos porque ellos lo cedieron en los años 50 del siglo XX para un uso asistencial y sanitario, que debe mantenerse o modificar, en su caso, aquel acuerdo.

Según explicaron representantes de los comuneros, Eloína Núñez les explicó el proyecto de Aspanas y les comunicó también que si no aceptan esa opción -la única con la que se pudo avanzar en la negociación iniciada hace meses, cuando el Sergas invitó a un buen número de entidades sociales a presentar un proyecto para Toén, les dijo-, tendrían que recuperar los terrenos cedidos en su momento para psiquiátrico. En principio, los comuneros dudan de la viabilidad del plan de Aspanas, pero creen que la opción de que les reviertan de nuevo el monte no es asumible porque carecen de recursos para explotar el recinto y temen que, sin actividad ni protección, corre el riesgo de convertirse en un foco de marginalidad y un vertedero.

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