Vigo, el destino más elegido por los ourensanos en el puente de las Letras

El primer puente desde que se levantó el toque de queda -el de las Letras Galegas- fue un “bum” de entradas y, sobre todo, de salidas de Ourense. La movilidad se disparó respecto al primer año de la pandemia y alcanzó niveles semejantes a los de 2019, cuando éramos ajenos a este virus. Pese a que la hostelería hizo pleno y que el teléfono de los cuerpos policiales por ruidos o presuntas fiestas en pisos sonaba frecuentemente, parte de los ourensanos eligieron ir a pasar fuera el festivo. Vigo fue el destino favorito de los ourensanos que el sábado salieron de la ciudad para disfrutar del largo fin de semana. La A-52 batió récords respecto a años anteriores y cuadriplicó el tráfico de las mismas fechas de 2020. La N-120 fue también otra de las las vías más transitadas el día 17, con un 88% más en sentido Ribeira Sacra y Valdeorras. En total, el tráfico de la provincia fue un 90% más que en 2020, cuando comenzaba la desescalada. Además, cabe destacar que, en general, las entradas y salidas solo disminuyeron un un 6% respecto a 2019. Los datos aportados a este periódico por la DGT también muestran que la circulación por la N-525, dirección Santiago, cayeron durante el puente casi un 30% respecto a años previos a la pandemia, sin influencia aparente de las fiestas de la Ascensión que se estaban celebraron durante el puente. Alta siniestralidad Desde el viernes 14 hasta el lunes 17 ocurrieron un total de 27 accidentes de consideración en la provincia. En tres de ellos hubo que lamentar daños personales, sobre todo en Maside, donde un jinete y su caballo fueron embestidos por una furgoneta y sufrieron graves daños. Pese a que el jinete fue trasladado al CHUO para su recuperación, el caballo tuvo que ser sacrificado. La mayoría de las incidencias ocurrieron el domingo y en carreteras provinciales, aunque entre las carreteras nacionales fue la N-525 la que registró un mayor número de accidentes. Además, la "operación retorno” acarreó largas colas en las proximidades del túnel de O Folgoso para volver a Vigo. La hilera de vehículos para acceder al tubo eran interminables, según precisó la DGT, por la presencia de algunos "obstáculos” en dos lugares cercanos a la vía. Sancionan a seis personas de “after” en un bar de la ciudad La lluvia incesante del sábado no fue un motivo de peso suficiente como para frenar fiestas, botellones y tardes de copas. Los hosteleros sirvieron hasta la hora de cierre y muchos consumidores decidieron seguir la juerga más allá de las 23 horas. Los restaurantes, con un horario más amplio, también tuvieron una buena ocupación, especialmente la noches del viernes y el sábado. Aprovechando el levantamiento del toque de queda muchos se reunieron tras los cierres en la plaza de As Mercedes, donde la Policía Local tuvo que disolver varios grupos de botellón y en varias ocasiones fueron alertados por motivos de ruido en fiestas privadas. Por otra parte, la Policía Nacional realizó diversos controles en establecimientos que permanecieron abiertos más tiempo del permitido y recibió varias llamadas en las que les solicitaban su intervención en fiestas -de no convivientes- y botellones. Sin embargo, explican que la mayoría de las veces ya no había nadie en las viviendas. En su caso, elaboraron siete actas por restricciones covid. Seis fueron dirigidas hacia un grupo de personas que estaba “de after” y bebiendo con la persiana bajada en un bar de la avenida de Marín en la ciudad. La otra persona sancionada fue un hombre que deambulaba por la zona de los Vinos sin mascarilla y pese a la insistencia policial para que se la pusiese, el varón se negaba insistentemente