El Vivero de Empresas de la Cámara de Comercio de Ourense alcanzó en febrero el cien por cien de ocupación con todos sus nidos -un total de 16- a pleno uso. El incremento de la actividad en este centro se ha dejado sentir también en las solicitudes de espacio, con dos proyectos más en lista de espera que aún están pendientes del Comité de Valoración.
Desde la apertura de las instalaciones a finales de 2004, el Vivero de Empresas 'Fernando Fontán' de Ourense ha recibido cerca de 40 peticiones de espacio, de las cuales fueron aprobadas 31.
Con una edad media de entre 30 y 40 años, el centro acoge a una treintena de trabajadores. Los emprendedores que han ubicado su negocio en este centro se dedican fundamentalmente a la prestación de servicios a las empresas, tales como consultorías de comunicación, formación, eficiencia energética y energías renovables, diseño y organización industrial, telecomunicaciones, informática o innovación.
Los nuevos proyectos en lista de espera, una vez aprobados, habrán de aguardar a que finalice la estancia de una de las empresas ya instaladas, bien porque expira el plazo máximo de permanencia, que es de cinco años, o bien porque se trasladan a otra ubicación debido al crecimiento del negocio.
Dentro del vivero, el emprendedor dispone de un nido o sede física totalmente equipada con conexiones telefónicas e Internet, salas para juntas, formación o actos y otros servicios comunes incluido aparcamiento, lo que facilita su actividad durante los primeros años.
Con una edad media de entre 30 y 40 años, el centro acoge a una treintena de trabajadores. Los emprendedores que han ubicado su negocio en este centro se dedican fundamentalmente a la prestación de servicios a las empresas, tales como consultorías de comunicación, formación, eficiencia energética y energías renovables, diseño y organización industrial, telecomunicaciones, informática o innovación.
Los nuevos proyectos en lista de espera, una vez aprobados, habrán de aguardar a que finalice la estancia de una de las empresas ya instaladas, bien porque expira el plazo máximo de permanencia, que es de cinco años, o bien porque se trasladan a otra ubicación debido al crecimiento del negocio.
Dentro del vivero, el emprendedor dispone de un nido o sede física totalmente equipada con conexiones telefónicas e Internet, salas para juntas, formación o actos y otros servicios comunes incluido aparcamiento, lo que facilita su actividad durante los primeros años.
