Esfuerzo y entrega por ayudar al que más lo necesita de una forma altruista. Es la principal premisa bajo la que la Cruz Roja de Ourense celebró ayer el Encontro de Voluntariado 2011, al que asistieron más de 150 integrantes de esta entidad benéfica llegados desde toda la provincia.
La reunión, que pretendía servir para intercambiar experiencias y poner en común las futuras líneas de trabajo de la oenegé, comenzó a las 10 horas en el Centro Cultural de la Diputación y estuvo marcada por el cálido homenaje póstumo que la organización rindió a un 'voluntario ejemplar', Manuel González López, quien llegó a ser presidente de Cruz Roja Ourense, además de colaborador de La Región. Con el ánimo de 'reconocer su energía por dar solución a los problemas de los demás', en palabras de Carlos Capataz Gordillo, director de Voluntariado de Cruz Roja España, el hijo del homenajeado, Miguel Ángel González Trigás, recogió una escultura que pretendía recordar el intenso legado benéfico de su progenitor.
Durante el reconocimiento, en el que participó Teresa Rodríguez Babarro, presidenta provincial de la organización, además de Rosendo Fernández, líder del PP en el Concello de Ourense, Miguel Ángel González se mostró agradecido por el obsequio, tras recordar que su padre se entregó al altruismo con apenas 20 años, dedicando su vida a Cruz Roja Ourense (en la actualidad tiene 3.000 voluntarios).
Minutos después, la Cruz Roja provincial dejó atrás su provechoso pasado para mirar hacia el futuro, atisbando el papel que tendrán los voluntarios en los tiempos que se avecinan. Lo hizo con una conferencia que impartió Capataz Gordillo. En su ponencia, en la que animó a los socios a 'estar unidos y a hacer lo que mejor sabemos hacer, ayudar a los demás', indicó que 'la voluntad de querer cambiar las cosas es el germen preciso para una sociedad mejor'.
Durante el reconocimiento, en el que participó Teresa Rodríguez Babarro, presidenta provincial de la organización, además de Rosendo Fernández, líder del PP en el Concello de Ourense, Miguel Ángel González se mostró agradecido por el obsequio, tras recordar que su padre se entregó al altruismo con apenas 20 años, dedicando su vida a Cruz Roja Ourense (en la actualidad tiene 3.000 voluntarios).
Minutos después, la Cruz Roja provincial dejó atrás su provechoso pasado para mirar hacia el futuro, atisbando el papel que tendrán los voluntarios en los tiempos que se avecinan. Lo hizo con una conferencia que impartió Capataz Gordillo. En su ponencia, en la que animó a los socios a 'estar unidos y a hacer lo que mejor sabemos hacer, ayudar a los demás', indicó que 'la voluntad de querer cambiar las cosas es el germen preciso para una sociedad mejor'.
