La alimentación contribuyó al fracaso de Scott en el Polo Sur hace cien años

Cuando se cumplen cien años de la muerte del explorador británico Robert Falcon Scott en el Polo Sur, los expertos coinciden en que su dieta, que incluía carne de pingüino y champán, le restó posibilidades de éxito.

El 29 de marzo de 1912, tras llegar un mes más tarde que el noruego Roald Amundsen al extremo más austral del planeta, Scott escribía en su diario una de las frases más célebres de la historia de la exploración polar, que ha servido para determinar la fecha de su muerte: 'Es una lástima, pero no creo que pueda escribir más'.

Más de dos meses antes, el 17 de enero, los aventureros británicos habían alcanzado el Polo Sur y habían visto la bandera noruega de Amundsen que acreditaba su derrota.

'Por Dios, este es un lugar atroz. Demasiado terrible para que hayamos trabajado tanto y no tengamos la recompensa de ser los primeros', escribía el capitán de la Marina británica, que nació en Devonport, al sur de Inglaterra, y tenía entonces 43 años.

Las circunstancias de la expedición que lideró el británico han sido objeto de controversias y debates durante el último siglo y uno de los factores en los que los expertos están de acuerdo es en que la dieta que siguieron los exploradores no fue lo suficientemente rica para soportar las temperaturas extremas de la Antártida.

Los expedicionarios pensaron en aquella época que la base de su alimentación debían ser las proteínas, que obtenían de la carne que encontraban en aquellas latitudes, principalmente de pingüino y de foca, y se permitían lujos ocasionales como copas de champán y raciones de 'roast beef' que habían cargado desde el Reino Unido.

Los nutricionistas actuales, sin embargo, consideran que el capitán Scott y los suyos tendrían que haber seguido una dieta rica en carbohidratos y que nunca debería haber bajado de las 6.000 calorías diarias.

'Los carbohidratos son necesarios para mantener el nivel de azúcar en la sangre. En circunstancias como esa, deben buscarse alimentos que aporten la mayor energía posible y que no pesen', así que en los tiempos modernos se recomienda cargar la mochila con cereales, barras de chocolate y alimentos deshidratados, explicó a la cadena BBC el médico Mike Stroud.

Tras varios meses en la Antártida, Scott y sus compañeros terminaron 'hambrientos' y 'obsesionados con la comida', según la experta en exploración polar Sara Wheeler.

La suerte de la expedición conmocionó al Reino Unido después de que sus cadáveres y el diario de Scott fueron encontrados el 12 de noviembre de 1912, helados, dentro de su tienda de campaña, por un equipo de búsqueda.

Cien años después, descendientes de los miembros de aquella expedición se reunieron hoy en la catedral londinense de San Pablo, donde en febrero de 1913, un año después de la muerte de Scott, se celebró el funeral oficial del capitán y los suyos.

Entre los asistentes se encontraba la nieta del explorador, Dafila, pintora, que en 2011 viajó a la antártida como 'artista residente' en un buque de la Marina británica.

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