A través de este análisi, el grupo busca generar "cambios coherentes en los niños y su entorno familiar y escolar",
Los problemas de conducta en niños (agresividad, conductas desafiantes, dificultades para acatar las normas o explosiones de ira) centran una investigación a fin de conocer cómo evolucionan hasta la edad adulta y los factores que permiten predecir malas conductas.
Según han indicado fuentes universitarias, los problemas conductuales representan uno de los problemas más importantes a los que se enfrentan las familias, educadores y profesionales de los sistemas de salud, hecho que les ha llevado a estudiar sus determinantes.
Para ello, la unidad de investigación en prevención y tratamiento de problemas de conducta de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), de nombre Udipre, está realizando un estudio sobre indicadores tempranos de abuso de alcohol y otras drogas, un estudio "longitudinal y seguimiento de un programa de prevención", financiado por la delegación de Gobierno del Plan Nacional sobre Drogas.
El proyecto que dirige Estrella Romero, del departamento de Psicología Clínica y Psicobiología de la USC, forma parte de una investigación iniciada hace más de diez años y que ha permitido desarrollar en España "el primer estudio longitudinal a largo plazo en torno a los problemas de conducta".
Para ello, en la investigación evaluaron desde 2003 a 207 niños gallegos con diferentes niveles de problemas de conducta, que volvieron a ser seguidos en los años 2006, 2009, 2013 y 2015, a fin de conocer "cómo evolucionan desde la niñez (los participantes tenían una media de 8.04 años al comienzo del estudio) hasta la edad adulta temprana (19.18 años en el último seguimiento) y qué factores permiten predecir un desarrollo más desfavorable, así como las consecuencias".
Entre las principales conclusiones, este estudio ha constatado que los problemas de conducta infantiles "pueden mostrar diferentes perfiles de evolución, decreciendo con el tiempo o, por el contrario, manteniéndose elevados durante la niñez y en la adolescencia".
En cuanto al segundo perfil, los problemas conllevan "mayores niveles de agresividad, hiperactividad, dificultades para regular las emociones y dificultades en las habilidades de interacción social".
En este caso, los jóvenes muestran "un mayor desajuste escolar, un estilo personal más impulsivo y desinhibido y una mayor frecuencia e intensidad en el consumo de alcohol, tabaco y cannabis" mientras que se relacionan, en la edad adulta, "con un menor autocontrol, mayores dificultades emocionales, niveles más altos de agresividad en las interacciones cotidianas y un patrón de personalidad menos responsable y menos empático".
Paralelamente a este estudio, el grupo Udipre ha desarrollado un programa de intervención EmPeCemos (emociones, pensamientos y consultas para un desarrollo saludable) destinado a reducir los problemas de conducta infantiles y que, aplicado en 26 colegios gallegos entre 2005 y 2007, gozó de "eficacia a corto plazo".
A través de este programa, el grupo busca generar "cambios coherentes en los niños y su entorno familiar y escolar", para lo cual se centra en tres agentes implicados como son los propios niños, sus padres y los profesores, proporcionándoles recursos para mejorar las interacciones con los niños con dificultades de comportamiento.
El programa cuenta con la máxima cualificación de calidad por parte del European Monitoring Center for Drug and Drug Abuse en su revisión de "buenas prácticas" para la prevención en Europa a largo plazo.
Constatan que los niños "no sólo muestran un comportamiento menos problemático, menos dificultades emocionales y mejores habilidades sociales, sino que también presentan un menor consumo de tabaco y alcohol".
"EmPeCemos emerge así como una alternativa de intervención, probada y validada", ha apuntado Romero.
Los resultados del proyecto se han publicado hasta el momento en múltiples revistas científicas.
