CONSUMO DE ALCOHOL

Ferrol reconoce el “derecho al descanso" frente al botellón

photo_camera Varios grupos de jóvenes durante un botellón en la Alameda ourensana.

El alcalde aboga en un bando por mantener la "convivencia vecinal" sin perjudicar el "derecho al ocio"

Un bando publicado por el Ayuntamiento de Ferrol el pasado día 13 permitió iniciar este pasado fin de semana el impulso a la vigilancia policial en el entorno del Cantón de Molíns, punto neurálgico del botellón en la ciudad naval, para "garantizar el derecho al descanso" de los vecinos. El alcalde, Jorge Suárez, reflexionaba ayer sobre esta medida abogando por la "convivencia vecinal" sin perjudicar el "derecho al disfrute con moderación" por parte de los jóvenes. En rueda de prensa, aclaró que la acción de los agentes se llevó a cabo en las "zonas más próximas a viviendas" y a la calle Pardo Bajo, que une la plaza del Callao con el Cantón de Molíns y que acoge a varios locales de hostelería. 

La presencia policial en esta zona no era para poner sanciones a los participantes sino disuadir a los jóvenes para que no se reunieran en los lugares mencionados. "La pretensión -estima Suárez- es explicar el bando y derivar hacia el Cantón" la presencia de participantes en el botellón, que también se suelen situar en la zona arbolada cercana a edificios, dotada de bancos y de uso peatonal.

"No va a haber un incremento sustancial", dijo sobre la presencia de la Policía Local, agregando que el ambiente es "muy pacífico" y que se quiere evitar que el ruido perturbe a los residentes. Asumió que el despliegue policial no supone que se vayan a "generar grandes disturbios" ya que considera que está siendo pacífica, aunque reconoce que "hay que ver cómo evoluciona la situación".

Sobre el recurso a las horas extraordinarias de los agentes destinados para que hagan esta labor, Jorge Suárez evitó aludir a un "signo maldito, sino trabajo, porque horas extra significa trabajo, entonces si es preciso se utilizarán horas extras para cubrir ese servicio", aseguró el alcalde. 

El bando municipal
En el bando que dictó el pasado día  13, el alcalde de Ferrol comienza indicando que lo hace "con el objeto de facilitar la convivencia" entre el vecindario y los usuarios.

En su primer punto Jorge Suárez indica que "el derecho al ocio y el derecho al descanso de los vecinos" chocan muy a menudo, por lo que considera que es necesario conciliarlos de manera pacífica, por lo que en el segundo punto se remite a los antecedentes ocurridos en los últimos meses en la rúa Pardo Baixo y el banco corrido de la Alameda do Cantón que "fueron  destinatarios de graves problemas que alteraron la tranquilidad de los vecinos y vecinas, la pacífica convivencia y la seguridad ciudadana". Indica que aquí se generaron conflictos de orden público derivados de las "aglomeraciones de personas en relación con el consumo de bebidas alcohólicas en esos espacios públicos".

El regidor ferrolano, en el tercer punto hace saber que con el objeto de recuperar y mantener la tranquilidad ciudadana y la pacífica convivencia "no está permitido el consumo de bebidas en las rúas Pardo Baixo y en la Alameda do Cantón, excepto en las terrazas debidamente autorizadas".

El alcalde , en un cuarto y último punto señala que las "infracciones a este bando serán sancionadas" conforme  lo indican las leyes de seguridad ciudadana.

Cumplir la recomendación de educar de la Valedora do Pobo
El problema del botellón en esta zona de Ferrol no es nuevo, pues  el Concello lleva meses tomando medidas para intentar conciliar tanto el derecho al ocio que demandan los jóvenes, como el referente al descanso al que hacen referencia los vecinos de la zona afectada.

Ya el pasado mes de noviembre el alcalde, Jorge Suárez, se mostraba "completamente de acuerdo" con la petición que le formulaba la valedora do pobo, Milagros Otero, que reclamaba la necesidad de "reforzar" por parte de las autoridades locales "el control, la vigilancia y la supervisión" en las concentraciones con motivo de los botellones "y, sobre todo, sobre la presencia de menores". 

Ese mismo mes había saltado una gran alarma a nivel nacional al conocerse que una niña de 12 años había fallecido en un hospital de Madrid después de sufrir un coma etílico durante un botellón en la localidad madrileña de San Martín de la Vega.

La valedora recalcaba la "urgente necesidad de que los poderes públicos tomen conciencia de este problema y adopten medidas para su erradicación". En especial apuntaba a los ayuntamientos "como administración más próxima" que tenían el deber de "mostrar una especial sensibilidad ante este tipo de consumo".
Por ello, el regidor ferrolano, que es partidario de que la sanción sea el último recurso, apuesta por la información y la formación para evitar que se produzcan consumos abusivos o por parte de menores, anunciaba este bando que pone ahora en práctica.

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