El fuego consumió las fallas de Valencia en medio de la Semana Santa

Zapatero y De la Vega a punto de ser devorados por la llamas.

El ritual del fuego ha reducido esta noche a cenizas las 776 fallas (entre grandes e infantiles) plantadas en Valencia, en un año atípico en el calendario festivo ya que se desarrolló en medio de la Semana Santa y con una ciudad abarrotada de turistas que, por primera vez durante muchos años, pudieron quedarse para ver la crema.


El 19 de marzo, festividad de San José, es habitualmente una jornada reservada para los valencianos, ya que los turistas regresan ese día a sus puntos de origen, porque el día 20 suele ser laborable en todas las comunidades autónomas.

En este atípico año de 2008, la coincidencia de fallas y Semana Santa ha hecho que los hoteles hayan colgado el cartel de ’No hay habitaciones’ y que los turistas se hayan quedado también a ver la crema, el acto de sublimación de las fallas, con el fuego como elemento destructor de los monumentos, pero también como catalizador de nueva vida, al permitir que la fiesta renazca de sus propias cenizas.

Pese a la masiva afluencia de turistas y a la huelga del transporte urbano (autobuses y metro), éste ha sido también un año sin apenas incidentes destacables, con las únicas salvedades de las figuras caídas, el 15 de marzo, de los remates de las fallas de Nou Campanar y la plaza del Ayuntamiento de Valencia, y la inesperada crema, 24 horas antes de lo previsto, de una falla de Picanya por la acción de unos gamberros.

Entre los visitantes ilustres de estas fallas, celebradas una semana después de las elecciones generales del 9 de marzo, figuran el presidente del PP, Mariano Rajoy, que estuvo en el balcón del Ayuntamiento el 13 de marzo, y la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que vio la mascleta del día 16 desde un balcón del Ateneo Mercantil.

Tras el preámbulo de ’la nit del foc’, celebrada a caballo entre el 18 y el 19 de marzo, el ritual del fuego que preside la festividad de San José tuvo hoy su primera cita en la última mascleta de la plaza del Ayuntamiento, intensa e innovadora aunque con pequeño desajuste final.

Como paso previo a la crema, la Cabalgata del Fuego, celebrada por la tarde, presentó todo un elenco de animales fantásticos, procedentes del bestiario festivo valenciano, que, de la mano de la Colla de Dimonis de Massalfassar, lanzaron durante el recorrido llamaradas desde sus entrañas, para terminar con un espectáculo de luz y color.

Artilugios rodantes como la ’tartaruga’ o tortuga de diez metros de larga, dragones, águilas, serpientes y toros embolados fueron los protagonistas de este desfile en el que se recupera una vieja tradición de utilizar animales fantásticos asociados a la fiesta del fuego.

A partir de las diez de la noche comenzaron a arder las 386 fallas infantiles, unos catafalcos que han tenido un presupuesto conjunto de 2,10 millones de euros y que durante la semana fallera han hecho las delicias de los más pequeños con la representación del mundo de la magia, las fábulas, los personajes del cómic y las situaciones cotidianas en las que los peques son los protagonistas.

Media hora después ardía la falla del primer premio de la sección especial de fallas infantiles, la de la Comisión de Exposición-Micer Mascó, realizada por Joan S. Blanch con el lema ’Eureka’, dedicada a los inventos que han hecho más comida la vida cotidiana.

Sobre las once de la noche y entre las lágrimas de la Fallera Mayor Infantil de Valencia, Victoria Blázquez Cercós, era pasto de las llamas la falla de la plaza del Ayuntamiento, dedicada a las fiestas que se celebran en la ciudad de Valencia a lo largo del año, realizada por los artistas José Luis Ceballos y Francisco Sanabria.

De una forma figurada y a partir de la medianoche, la ciudad de Valencia comenzó a arder por los cuatro costados cuando el fuego consumió los 384 monumentos falleros repartidos por todos los barrios de la ciudad.

A las doce y media de la noche comenzaba a arder ’Cuanto cuento’, la falla de Nou Campanar realizada por el artista Pedro Santeulalia, ganadora del primer premio de la Sección Especial y la más cara de la historia con un presupuesto de 900.000 euros.

Media hora después, también eran consumidos por el fuego el genio y el Aladino que presidían la falla de la plaza del Ayuntamiento, mientras la Fallera Mayor de Valencia, Gloria Martínez Amigó, dejaba escapar también alguna que otra lágrima de emoción al ver como se ponía fin a su reinado.

Desde el balcón del Ayuntamiento contemplaron también la crema la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, la presidenta de las Corts Valencianes, Milagrosa Martínez, y los invitados institucionales, entre ellos, el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, y los dirigentes del PP Ignacio Astarloa, José María Michavila y la ex-ministra, Elvira Rodríguez.

Este año se han quemado en la ciudad de Valencia 772 fallas, entre grandes e infantiles, con un coste de 10 millones 650 mil euros. A partir del día 20, las falleras y falleros valencianos empezarán a trabajar y recaudar fondos para las fallas del 2009.

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