Herba dos burros

Un hermoso ejemplar, con enormes flores.
photo_camera Un hermoso ejemplar, con enormes flores.

La onagra, conocida también en castellano con los nombres de onagra de flores grandes, onagra de sépalo rojo, enotera, flor de la noche, hierba del asno, hierba del vino o primavera de la tarde y científicamente con el de Oenothera galazioviana o con el de sus sinónimos Oenothera erfythrosepala o Oenothera lamarckiana, entre otros, es una especie herbácea bienal o perenne, de corta vida, perteneciente a la familia de las Onagráceas. Parece ser que procede de la hibridación de las especies Oenothera grandiflora y la Oenothera elata, ambas nativas de Norteamérica y utilizadas en el siglo XIX en jardinería en el Viejo Continente, donde actualmente está ampliamente naturalizada, llegando a convertirse en algunos lugares una especie invasora. En Galicia, donde está en expansión, es conocida como herba dos burros o boas noites y se puede encontrar en sus cuatro provincias.

Etimológicamente, según algunos autores, el nombre genérico onagra proviene del griego “oeno” que significa burro, mientras que “thera” significa “coger, atraer, perseguir”, creyéndose que la planta puede ser utilizada para atrapar estos y otros animales. Otros dicen que “oeno” podría ser interpretado como “vino”, refiriéndose al hecho de que la raíz se utilizaba como aditivo para dar sabor al vino. El epíteto glazioviana le fue dado en honor al botánico francés del siglo XIX, Francisco Augusto María Glaziou estudioso de la flora de Brasil y diseñador del jardín en la Quinta de Boa Vista, en Río de Janeiro.

Su tallo erecto, de color verde y dotado de una cierta vellosidad rojiza, puede alcanzar hasta el metro y medio de altura. Cuando la planta es joven, sus hojas, estrechamente lanceoladas y ligeramente dentadas, se presentan formando una roseta basal, marchitándose cuando llega el período de la floración. Las demás hojas se disponen en el segundo año de floración de manera alterna a lo largo del tallo; son estrechamente elípticas o lanceoladas, con el ápice agudo o un poco obtuso, sin peciolo o cortamente pecioladas, pudiendo presentar una superficie de aspecto arrugado. Sus flores, grandes y fragantes, que se presentan en vistosas inflorescencias terminales a modo de espigas, tienen cuatro sépalos lanceolados, bien visibles, con franjas rojizas o, a veces, totalmente rojizos. Sus cuatro pétalos son también de color amarillo brillante y con el paso del tiempo se vuelvan de color rojo o anaranjado. El número de estambres es de ocho. Se abren al anochecer y se cierran a la mañana siguiente, de ahí alguno de sus nombres. Florece desde finales de la primavera hasta finales del verano. El fruto es una cápsula lanceolada de sección transversal circular, atenuada en el ápice, verde y con cuatro lóculos en cuyo interior se albergan dos filas de semillas por lóculo. Éstas son angulosas, prismáticas, de color marrón oscuro y numerosas, aunque solamente son fértiles el cincuenta por cien de ellas. Crece en los márgenes de caminos y carreteras, eriales, vías férreas, campos incultos y jardines, aunque también en arenales costeros, zonas de dunas y riberas fluviales, preferentemente en suelos soleados, con un cierto grado de humedad y de nitrógeno, con suficiente aporte hídrico y buen drenaje.

Fue usada desde la antigüedad por sus propiedades curativas. Así, los nativos americanos la emplearon durante siglos en infusiones para tratar heridas y problemas intestinales. De sus semillas se extrae un valioso aceite rico en ácidos esenciales, es decir, aquellos que nuestro cuerpo no puede producir por sí mismo y que, por ello, deben ser incluidos en la dieta alimenticia de cada día. Se trata de aceites que actúan como sedantes y reducen los niveles de colesterol. Son, asimismo, útiles en casos la hipertensión, enfermedades cardíacas, vasculares y artritis reumatoide. También actúa como analgésico para aliviar los dolores premenstruales y para aliviar el prurito producido a causa de enfermedades de la piel, tales como eccemas, piel seca o psoriasis. Su consumo puede causar dolor de cabeza, náuseas o malestar estomacal. No es recomendable para los epilépticos ni para aquellos pacientes que acaban de ser sometidos a cirugía. También debe controlarse su administración a quienes siguen tratamientos anticoagulantes.

Una especie próxima a la Oenothera glazioviana es la Oenothera biennis, de la que se diferencia porque la primera presenta sépalos rojizos y el estigma sobresale a los estambres. Ambas se hibridan espontáneamente dando lugar a la Oenothera x fallas y a la Oenothera x oehlkersii detectada, esta última, en la provincia de Ourense. Algunos botánicos han citado también la presencia en Galicia de la Oenothera stricta, de la Oenothera longiflora, de la Oenothera rosea y más recientemente de la Oenothera specisosa.

Dado que la onagra está considerada en muchos lugares como una especie exótica invasora, para una eficaz erradicación lo más aconsejable es hacerlo manualmente, en los meses de mayo, junio y julio, durante varios años, hasta agotar todas las semillas que se han depositado en el suelo.

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