Papeles del rock

La voz más rockera del soul

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photo_camera Otis Reding, toda una leyenda de la música contemporánea.

Ya era toda una celebridad cuando el 7 de diciembre de 1967 grabó la canción que le iba a lanzar al estrellato mundial, la legendaria “Sittin' On The Dock Of The Bay”.

Tras una larga e intensa sesión de estudio, en la que se registraron hasta seis tomas de la canción,  se tomó dos días de descanso y el 10 de diciembre se subió junto con parte de sus compañeros de banda a un avión para desplazarse a Wisconsin a hacer una actuación. Cuando el aparato estaba a punto de iniciar las maniobras de aterrizaje, un fallo en los motores hizo caer el avión en picado sobre las aguas del Lago Monoma, en las inmediaciones de Madison. Solo sobrevivió el trompetista de los Bar-Keys, Ben Cauley.Hace hoy 50 años, moría Otis Redding. La voz más rockera del soul. 

Uno de los músicos más unánimemente admirados, queridos y respetados de la música popular contemporánea, Otis Ray Redding Jr., para el resto del planeta Otis Redding, nació el nació en Dawson, Georgia el 9 de septiembre de 1941, primogénito de una familia religiosa en la que su padre era un pastor baptista que trabajaba en las fuerzas aéreas. Sin embargo, algo que con toda seguridad tuvo una importancia capital en su formación fue el hecho de pasar su infancia y adolescencia en Macon, una de las ciudades clave para entender la historia musical del sur de los Estados Unidos, tan ligada a nombres como los de Little Richard, James Brown o los Allman Brothers. 

Allí tomó contacto con el jazz, el blues, el soul, y cuando ante una serie de reveses económicos y la enfermedad de su padre tuvo que dejar los estudios para empezar a trabajar en una constructora como albañil, conoció por sus compañeros de faena el rock'n'roll de Little Richard, que le fascinó y que fue lo que le despertó su vocación musical más primigenia.

A raíz de su pasión por Little Richard, no tardó en formar sus primeros grupos de rock'n'roll antes de que en 1959 le surgiera la oportunidad de unirse a una banda de gran prestigio y caché en Macon, Johnny Jenkins & The Pinetoppers, para seguir después con The Shooters, aunque con ninguna de estas bandas logró poder dejar de trabajar en las obras o la gasolinera. Tras una segunda e infructuosa intentona con The Pinetoppers, probó suerte conveciendo al sello Alshire Records para que le grabasen dos discos que pasaron sin pena ni gloria por el mercado de la época. 

Hacia 1962, de nuevo como segunda voz de Johnny Jenkins & The Pinetoppers logró que se fijara en él la Atlantic Records, cuando el grupo grabó unas maquetas de prueba en los estudios Stax en Memphis. Si bien los Pinetoppers no gustaron a los directivos de Stax, en cambio se quedaron prendados de Otis Redding, al que de inmediato le ofrecieron grabarle una sesión en solitario, a modo de prueba. El resultado de la audición fue espectacular y en cuestión de pocos dias, Otis Redding firmaba su primer contrato discográfico. A partir de ahí, siempre flanqueado por músicos de la categoría de Steve Cropper del Booker T.& The Memphis Group o el bajista Donald Dunn, empezó a grabar singles que escalaban puesto tras puesto en las listas, temas como "Tuler of my heart"’ el clásico de Allen Toussaint popularizado por Irma Thomas, y lo convirtió en uno de sus temas más recordados, al igual que sucedió con ‘Pain In My Heart’, que daría título a su primer disco de larga duración y que también adquirió un notable éxito merced a la versión que grabaron los Rolling Stones. Redding después les devolvería el favor grabando una versión adaptada a su estilo de “(I Can't Get No) Satisfaction” que aunque no llegó a las cotas de éxito multitudinario de la grabada por los Stones, estos le dieron su bendición y también obtuvieron sustanciosos royalties por el éxito de esta versión de Otis Redding. 

A lo largo de este tiempo, además de consolidarse en las listas de éxitos por el impacto de sus singles “I´ve Been Loving You Too Long”, “Come To Me”, “Day Tripper” (versión de los Beatles) o muy especialmente “Respect”, que fue una canción que adquirió la dimensión de clásico de clásicos y de la que se hizo todo un himno para la comunidad negra más vinculada a la defensa de los derechos civiles, Otis Redding era todo un artista en directo, un cantante con un carisma, una entrega y una capacidad de llenar el escenario en directo poco habitual en artistas de su estilo y de su categoría. Amplios testimonios de esta capacidad han quedado registrados en discos en directo como el ya legendario 'Live In Europe 1967', que recoge con una fiabilidad espectacular el ambiente que se vivía y respiraba en el archiconocido Stax Tour de 1967 que trajo a las grandes estrellas del soul americano a Europa. 

Porque una de las características más a tener en cuenta y que más debe apreciarse de Otis Redding fue el hecho de que aún siendo un cantante de soul, su versatilidad le permitía hacer incursiones siempre con éxito en el blues, el rock´n´roll o cualquier estilo que supusiera un reto creativo para él. Más concretamente en el caso del rock, podía cantar con el desgarro, la fuerza y la potencia de cualquier cantante de rock del momento.  Y así lo demostró no solamente en el anteriormente mencionado “Satisfaction” de los Stones, sino por ejemplo cuando versioneaba temas como “Lucille” con una potencia vocal formidable. Con toda seguridad, ese fue uno de los motivos por los cuales fue invitado a formar parte del cartel del Festival Pop de Monterey en junio de 1967, cosechando un enorme éxito al lado de gente como la Jimi Hendrix Experience, The Who o Janis Joplin al frente de sus Big Brother & The Holding Company. 

Hombre afable, cercano y comprometido abierta y públicamente con la lucha por los derechos civiles de la población negra de Estados Unidos, se dice de él que era alguien de un carácter tan abierto y humano que llegó a ser respetado hasta por quienes se definían como segregacionistas. Siempre muy apegado a sus raíces, a sus amistades, a su familia, -estaba felizmente casado y era padre de tres hijos el día que falleció- y gozaba de un prestigio dentro del negocio que muy pocos artistas lograron a lo largo de la década de los 60 en la música negra.   

Por todo ello su muerte fue un shock que dejó fuertemente impresionada a toda la sociedad nortemaricana. De manera muy similar a como había sucedido cuando murió Sam Cooke, su funeral congregó a todos los absolutamente grandes de la música negra de la época: de Solomon Burke a Percy Sledge, pasando por Sam Moore de Sam & Dave o Johnnie Taylor le acompañaron en este último viaje, turnándose para llevar su ataud. 

Con Otis Redding el soul perdió al que se consideraba casi unánimemente el nuevo líder del soul, el equivalente a lo que podrían ser Elvis Presley o Chuck Berry en el rock, y quizá no sea casualidad que a partir de la muerte de Otis Redding el soul, que había vivido dos décadas de gloria absoluta, en los años 70 quedara relegado a posiciones muy secundarias en el mundo de la música popular contemporánea. Quienes le conocieron, meses más tarde dijeron que al menos no se llevó en esta vida el enorme disgusto que habría supuesto para él conocer la noticia del asesinato de Martin Luther King, a quien admiraba profundamente y del que decía que llegaría a ser presidente de los Estados Unidos. Aunque tampoco vivió para ver como entre febrero y marzo de 1968, “Sittin' On The Dock Of The Bay” se convertía en su primer sencillo que llegaba al Nº 1 de las listas de Billboard en América. 

Alma, sentimiento, corazón, lucha... un artista de los grandes de verdad que pasó demasiado deprisa por este mundo y que con toda seguridad nos habría dejado muchísimas mas canciones inolvidables de no haber sido por ese maldito accidente. 

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