Laurent Simons, un físico de 11 años

El joven superdotado de 11 años Laurent Simons, a las puertas de su casa en Bélgica.
photo_camera El joven superdotado de 11 años Laurent Simons, a las puertas de su casa en Bélgica.
Laurent Simons es un niño belga de 11 años que ya se graduó en Física y que incluirá en su currículum masteres, doctorados y dos carreras más con el objetivo de acumular el mayor número de conocimientos posible y lograr la deseada “inmortalidad”. 

El niño belga Laurent Simons tiene tan solo 11 años, pero ya cuenta con formación en ingeniería eléctrica, un grado universitario en Física y planea añadir masteres, doctorados y carreras en Química y Medicina. ¿Su objetivo? “No me importan los títulos, sino los conocimientos que adquiero” para lograr la “inmortalidad”, asegura. Su voz y su rostro hacen honor a su edad, pero los conocimientos que ha acumulado en poco más de una década son únicos, incluso para un niño superdotado como él. Se acaba de graduar “summa cum laude” en solo un año en Física en la Universidad de Amberes, donde está ya inmerso en un posgrado en la misma materia, para luego hacer un doctorado, con Bélgica como su “sede”, pero colaborando con universidades en Israel y Estados Unidos.

“Esto no va sobre el título sino los conocimientos que he obtenido de todas esas materias. La experiencia fue muy interesante. Empecé en abril del año pasado con las primeras asignaturas, mientras hacía varios proyectos de forma paralela, pero las asignaturas iban siendo cada vez más interesantes, quería saber más sobre física cuántica”, dice. Ahora está “totalmente centrado” en física, de la que habla con la misma pasión que un adulto que lleva décadas dedicado a esta carrera. “En el grado te dan una idea generalizada de todo lo que hay en física, pero quiero entrar en los detalles de todo eso con el máster”, explica.

“Es muy interesante y quiero usar estos conocimientos para lograr mi objetivo: alcanzar la inmortalidad. Quiero poder ser capaz de reemplazar tantos órganos del cuerpo como sea posible con órganos artificiales. Imagina que es un puzzle enorme, hay muchas piezas y esas son estudios diferentes. Si haces todos esos estudios, puedes conectarlos y generar nuevas ideas”, define el menor, que no sabe cómo logrará la inmortalidad, pero no la ve imposible.

Una de esas piezas es la física, en la que Laurent hizo las suficientes asignaturas como para obtener con una media de 9 su título universitario, un primer grado que iba a ser en ingeniería eléctrica, antes incluso de cumplir sus 10 años, pero “un desacuerdo” entre sus padres y la Universidad de Eindhoven le llevó a dejar el curso “justo al final”. Pero eso no ha frustrado sus planes de llegar hasta el final de sus estudios científicos. Ni siquiera la pandemia tuvo un efecto negativo en su carrera. “No ha cambiado mucho para mi porque yo ya estudiaba en casa muchas cosas, incluso me vino bien porque ahora graban las clases. Además, he estado yendo al laboratorio en la universidad”, subraya.

A la pregunta de qué le gusta hacer cuando no tiene que estudiar, su respuesta es clara: “Bueno, en realidad tampoco tengo que estudiar mucho”, afirma, sabiéndose único en sacarse una carrera universitaria de tres años en menos de un año. “Si los otros niños no tienen colegio ni exámenes, jugamos a muchos videojuegos, sobre todo con el coronavirus. ¿Antes de la pandemia? Pues me gustaba practicar ‘karting”, describe.

"Un chico responsable"

Como otros niños de su edad, Laurent tiene su propio teléfono inteligente, sus redes sociales y su ordenador, y niega con la cabeza que sus padres lo controlen porque, afirma sonriente, es un chico responsable. En cuanto al sueño de su vida: sus abuelos tienen problemas cardíacos, por eso le gustaría tener tantos conocimientos científicos que le permitan fabricar en un laboratorio “órganos artificiales” que lleven a “la inmortalidad de los abuelos de otros niños, para que no tengan que echarlos de menos”, dice. 

Te puede interesar