El papa Benedicto XVI pidió ayer en el Líbano la paz y la hermandad de los pueblos de la región. Además, reclamo 'detener el envío de armas a Siria', porque constituye 'un grave pecado', asegurando además que la Primavera Árabe es un 'grito de libertad' pero debe incluir la 'tolerancia'.
En el mismo aeropuerto de Beirut, donde llegó ayer en una visita histórica de tres días, la primera al Líbano en sus siete años de pontificado, Benedicto XVI pidió que se preserve el equilibrio entre musulmanes y cristianos.
'Que todos los pueblos de la región vivan en paz, hermandad y libertad religiosa', dijo el santo padre después en la basílica de San Pablo en Harissa, al norte de Beirut. Durante su discurso, Joseph Ratzinger hizo una invitación al diálogo 'en este contexto difícil': 'Debemos celebrar la victoria del amor sobre el odio. Os invito a no tener miedo y conservar vuestra fe', subrayó. En ese sentido, hizo un llamamiento a los fieles para que se aferren a la verdad en los países donde hay divisiones y heridas para recuperar la unión.
El papa firmó además la Exhortación Postsinodal (documento final) del Sínodo de Obispos para Oriente Medio, celebrado en 2010, en el transcurso de la ceremonia en la basílica de San Pablo. La firma de la exhortación se produjo en presencia del presidente libanés, Michel Suleiman, de numerosas personalidades políticas y de 450 invitados. El documento recoge las propuestas aprobadas por los obispos en el sínodo de 2010, donde rechazaron que se recurra a la Biblia para justificar las 'injusticias' y abogaron por que los palestinos tengan un Estado propio, en la línea 'dos pueblos, dos estados' (Israel y Palestina)'.
Su visita llega en un clima de tensión en la región por la crisis en Siria y las protestas contra embajadas de EE.UU. y otros países occidentales por el polémico vídeo sobre el profeta Mahoma.
'Que todos los pueblos de la región vivan en paz, hermandad y libertad religiosa', dijo el santo padre después en la basílica de San Pablo en Harissa, al norte de Beirut. Durante su discurso, Joseph Ratzinger hizo una invitación al diálogo 'en este contexto difícil': 'Debemos celebrar la victoria del amor sobre el odio. Os invito a no tener miedo y conservar vuestra fe', subrayó. En ese sentido, hizo un llamamiento a los fieles para que se aferren a la verdad en los países donde hay divisiones y heridas para recuperar la unión.
El papa firmó además la Exhortación Postsinodal (documento final) del Sínodo de Obispos para Oriente Medio, celebrado en 2010, en el transcurso de la ceremonia en la basílica de San Pablo. La firma de la exhortación se produjo en presencia del presidente libanés, Michel Suleiman, de numerosas personalidades políticas y de 450 invitados. El documento recoge las propuestas aprobadas por los obispos en el sínodo de 2010, donde rechazaron que se recurra a la Biblia para justificar las 'injusticias' y abogaron por que los palestinos tengan un Estado propio, en la línea 'dos pueblos, dos estados' (Israel y Palestina)'.
Su visita llega en un clima de tensión en la región por la crisis en Siria y las protestas contra embajadas de EE.UU. y otros países occidentales por el polémico vídeo sobre el profeta Mahoma.
