La túnica blanca o galabiya, con la que se viste el hombre en la mayoría de las ciudades egipcias, está prohibida en numerosos lugares públicos, lo que ha llevado a un diputado a pedir que se convierta en el traje nacional del país para levantar el veto.
El parlamentario Mostafa Gendi, de la provincia de Daqahliya, en el delta del Nilo y donde todos los hombres se visten con la túnica popular ancha, ha pedido a la Cámara Baja que se elabore una ley que considere la galabiya como el traje nacional de Egipto sin obligarlo ni prohibirlo.
A la sala del Parlamento egipcio, en el centro de El Cairo, está permitida la entrada en traje formal con corbata o en galabiya. De hecho, siempre se encuentran a diputados vestidos con esta túnica típica de las zonas que representan.
¿Si el Parlamento, el lugar más importante del país, considera una 'galabiya' igual a un traje formal, por qué en el ochenta por ciento de los sitios públicos está prohibida la entrada con esta túnica?, se preguntó Gendi en una entrevista telefónica con Efe.
Para Gendi, este veto es inconstitucional porque diferencia entre las personas según su vestimenta.
El diputado se refería sobre todo a los clubes sociales que pertenecen a la Policía y al Ejército, muchos restaurantes, hoteles, y la Opera de El Cairo, en los que un egipcio vestido con galabiya no puede estar.
Irónicamente un saudí, un kuwaití o un emiratí sí puede acudir sin problemas a estos lugares con su tradicional galabiya.
¿Cómo puede ser que un hotel sí recibe a un saudí vestido con 'galabiya' y a mí, siendo egipcio, no?, se preguntó Gendi, para quien la situación cambiará si esa túnica se convierte en traje nacional.
Según Gendi, sólo un treinta por ciento de los egipcios evitan vestir esa prenda, parecida a la chilaba, pero sin capucha. Esos mismos, de acuerdo con el parlamentario, ven con desagrado al otro setenta por ciento de los hombres que se la ponen, y que en su mayoría son procedentes del norte o del sur del país.
En las calles de El Cairo se ve llevando galabiya sólo a los porteros, los fruteros y algunos vendedores ambulantes.
De hecho, la mayoría de los clientes de la famosa tienda de galabiyas Ouf, que lleva unos cien años en este mercado, son egipcios del campo o del Alto Egipto, además de turistas, según explicó Hoda, una vendedora en la tienda.
Sólo egipcios de las provincias compran esta 'galabiya', que puede ser de algodón, nailon o seda. Algunos cairotas la utilizan en casa o durante la oración de los viernes en la mezquita, señaló Hoda, que lleva nueve años trabajando en Ouf.
La venta de la galabiya, cuyo precio varia entre el equivalente de 9 y 22 dólares, aumenta durante las épocas de la peregrinación musulmana a la Meca cuando los egipcios se la ponen en Arabia Saudí, añadió Hoda.
Sin embargo, en Egipto no todos los lugares públicos de las ciudades urbanizadas ven con buenos ojos este tipo de ropa.
Hace seis meses, el parlamentario Gendi quería invitar a comer a varios diputados, de los cuales dos se ponían galabiyas, y se sorprendió cuando el restaurante prohibió la entrada de éstos por considerar su ropa inadecuada.
Fue esta situación la que motivó a Gendi a presentar una petición al Parlamento para solicitar que la galabiya popular se convierta oficialmente en el traje nacional del país.
Ahora la petición está ante el comité de Quejas y Propuestas del Parlamento, que a su vez, la presentará a otro comité constitucional.
Ningún parlamentario se atreverá a rechazar la petición en público, porque sabe que el setenta por ciento de los egipcios se visten con 'galabiya' y que éstos no le van a reelegir en los comicios legislativos si no aceptan que sea el traje nacional, dijo el legislador.
La 'galabiya' popular egipcia es, además, un símbolo de la unidad nacional, en la que no se ve la diferencia entre un Gergues (nombre de un cristiano) y un Mohamed (musulmán), destacó Gendi.
El diputado, que el día en que se discutirá la propuesta de ley en el Parlamento, se vestirá con galabiya, insiste en seguir con su lucha hasta que la túnica sea el traje nacional, y es optimista.
A la sala del Parlamento egipcio, en el centro de El Cairo, está permitida la entrada en traje formal con corbata o en galabiya. De hecho, siempre se encuentran a diputados vestidos con esta túnica típica de las zonas que representan.
¿Si el Parlamento, el lugar más importante del país, considera una 'galabiya' igual a un traje formal, por qué en el ochenta por ciento de los sitios públicos está prohibida la entrada con esta túnica?, se preguntó Gendi en una entrevista telefónica con Efe.
Para Gendi, este veto es inconstitucional porque diferencia entre las personas según su vestimenta.
El diputado se refería sobre todo a los clubes sociales que pertenecen a la Policía y al Ejército, muchos restaurantes, hoteles, y la Opera de El Cairo, en los que un egipcio vestido con galabiya no puede estar.
Irónicamente un saudí, un kuwaití o un emiratí sí puede acudir sin problemas a estos lugares con su tradicional galabiya.
¿Cómo puede ser que un hotel sí recibe a un saudí vestido con 'galabiya' y a mí, siendo egipcio, no?, se preguntó Gendi, para quien la situación cambiará si esa túnica se convierte en traje nacional.
Según Gendi, sólo un treinta por ciento de los egipcios evitan vestir esa prenda, parecida a la chilaba, pero sin capucha. Esos mismos, de acuerdo con el parlamentario, ven con desagrado al otro setenta por ciento de los hombres que se la ponen, y que en su mayoría son procedentes del norte o del sur del país.
En las calles de El Cairo se ve llevando galabiya sólo a los porteros, los fruteros y algunos vendedores ambulantes.
De hecho, la mayoría de los clientes de la famosa tienda de galabiyas Ouf, que lleva unos cien años en este mercado, son egipcios del campo o del Alto Egipto, además de turistas, según explicó Hoda, una vendedora en la tienda.
Sólo egipcios de las provincias compran esta 'galabiya', que puede ser de algodón, nailon o seda. Algunos cairotas la utilizan en casa o durante la oración de los viernes en la mezquita, señaló Hoda, que lleva nueve años trabajando en Ouf.
La venta de la galabiya, cuyo precio varia entre el equivalente de 9 y 22 dólares, aumenta durante las épocas de la peregrinación musulmana a la Meca cuando los egipcios se la ponen en Arabia Saudí, añadió Hoda.
Sin embargo, en Egipto no todos los lugares públicos de las ciudades urbanizadas ven con buenos ojos este tipo de ropa.
Hace seis meses, el parlamentario Gendi quería invitar a comer a varios diputados, de los cuales dos se ponían galabiyas, y se sorprendió cuando el restaurante prohibió la entrada de éstos por considerar su ropa inadecuada.
Fue esta situación la que motivó a Gendi a presentar una petición al Parlamento para solicitar que la galabiya popular se convierta oficialmente en el traje nacional del país.
Ahora la petición está ante el comité de Quejas y Propuestas del Parlamento, que a su vez, la presentará a otro comité constitucional.
Ningún parlamentario se atreverá a rechazar la petición en público, porque sabe que el setenta por ciento de los egipcios se visten con 'galabiya' y que éstos no le van a reelegir en los comicios legislativos si no aceptan que sea el traje nacional, dijo el legislador.
La 'galabiya' popular egipcia es, además, un símbolo de la unidad nacional, en la que no se ve la diferencia entre un Gergues (nombre de un cristiano) y un Mohamed (musulmán), destacó Gendi.
El diputado, que el día en que se discutirá la propuesta de ley en el Parlamento, se vestirá con galabiya, insiste en seguir con su lucha hasta que la túnica sea el traje nacional, y es optimista.