La purificadora hierba luisa

La hierba luisa, conocida en castellano también como cedrón, cidrón, hierba cidrera, hierba princesa, María Luisa, reina Luisa, verbena de indias, verbena de limón o verbena olorosa, y en gallego como herba luisa, viene denominada científicamente como Aloysia citriodora, o con sus sinónimos Aloysia triphylla, Lippia citriodora, Lippia triphylla, Verbena citriodora, Verbena triphylla. Es una planta arbustiva, que puede alcanzar hasta tres metros de altura, originaria de América del Sur y perteneciente a la familia de las Verbenáceas. Su nombre genérico aloysia le fue dado en honor a la mujer de Carlos IV de España, María Luisa de Parma; a su vez, el adjetivo citriodora es debido al intenso aroma de los cítricos, especialmente de limón, que emana de sus hojas. Es otro de las hierbas que no deben faltar en la elaboración del agua de San Xoan. Sus raíces son profundas y sus tallos redondos, rugosos, erectos y leñosos. De sus perfumadísimas hojas, verticiladas en grupos de tres, caducas, lanceoladas, estrechas, terminadas en punta y de color verde pálido, se extrae un óleo esencial utilizado en la industria cosmética. Las flores brotan en verano, y son pequeñas, de color blanco, rosado o violáceo, y agrupadas en racimos terminales. Tanto las hojas como las flores se pueden guardar en saquitos de tela y meter en armarios y cajones, para perfumarlos. La tisana de esta planta, preparada preferentemente con las hojas tiernas y los extremos florales, es de un sabor muy agradable y es recomendable para tomar después de las comidas, especialmente cuando son copiosas. Pero además de la función digestiva, la hierba luisa es tónica, antiinflamatoria y antibacteriana. Asimismo, tiene propiedades carminativas en casos de flatulencia y meteorismo, favoreciendo la eliminación de gases intestinales. Es, también, un excelente antiespasmódico indicado para casos de cólicos renales o dolores menstruales. Asimismo, purifica del organismo ya que ayuda a eliminar toxinas y favorece al buen funcionamiento del hígado. Haciendo enjuagues con esta infusión se combate el mal aliento o halitosis. Esta infusión ejerce una acción calmante en casos de tos y congestión bronquial o nasal, siendo un buen expectorante. Es útil también en el caso de padecer migrañas. Por su considerable contenido en melatonina, sustancia usada como relajante natural, es además utilizada para ayudar a conciliar el sueño. De hecho, antiguamente, con este fin, se solían colocar hojas en las habitaciones, cerca o dentro de las almohadas. Las hojas se pueden emplear, eventualmente, para baños aromáticos y relajantes. Es, además, un eficaz antioxidante, por lo cual ayuda a retrasar significativamente el envejecimiento. También fue muy usada, y aun hoy lo es, en cosmética para la elaboración de colonias, lociones, cremas, jabones y dentífricos. La hojas secas y trituradas sirven para aromatizar macedonias de frutas, salsas o para aderezar carnes y pescados. También se usa para hacer dulces, mermeladas y licores. Para elaborar el licor se recogen unas 100 hojas de hierba luisa, a las cuales, después de bien lavadas y secadas sobre un paño, se añade un litro de aguardiente y cortezas finas de limón. Se guarda en un recipiente hermético. Transcurridos un par de semanas se mezclan con un jarabe hecho con agua y azúcar. Se deja macerar en un lugar fresco y oscuro durante unos treinta días, agitando la mezcla de vez en cuando. Se filtra y se embotella, dejándola reposar aún unos siete días, al cabo de los cuales está lista para beber, preferentemente frío y sobre todo después de las comidas. Debido a las propiedades descritas, esta planta nunca faltaba en los huertos botánicos de los monasterios medievales y, por ello, aún hoy está presente en muchas casas del mundo rural gallego. La recogida de las hojas y cimas con flores se puede hacer bien a finales de primavera o en la luna de agosto, guardándolas, para su uso posterior, en recipientes herméticos. No obstante todas estas benéficas propiedades, se debe evitar su consumo prolongado.