El oficio de alfarero regresó ayer a Valdeorras. Cuando ya son contados los valdeorreses que recuerdan las piezas que elaboraban los artesanos de O Barco, Rubiá o Portomourisco (O Bolo), la I Feira Internacional de Alfarería pretende recuperar una actividad artesanal que sus profesionales se niegan a permitir que acabe en el olvido.
'Tenemos que confabularnos para que esta profesión no desaparezca. Queremos llamar la atención de la grave pérdida que supondría para la sociedad la desaparición de los alfareros', dijo el alcalde, Alfredo García Rodríguez. Miguel Ángel González García, presidente de Finral-Amigos del Barro, comparte totalmente su tesis. 'Hablar de alfarería es hablar de cultura', afirmó recientemente. Pese a ello, es consciente del peligro que corren los alfareros. 'Los oficios artesanos tienden a desaparecer. Soy de un pueblo -Jiménez de Jamuz (León)- donde hace 50 años había 80 talleres y hoy sólo quedan cuatro', dijo.
El recinto ferial fue ubicado en el Paseo do Malecón. En las inmediaciones del Casino, los visitantes pueden adquirir, o al menos contemplar, todo tipo de piezas, desde jarrones hasta botijos, pasando por fuentes o figuras en una amplia relación de objetos, en la que no falta la tradicional hucha con forma de cerdo. También los precios son variados, y según explicó Miguel Ángel González, van desde dos euros hasta más de un centenar.
Son veinte los puestos instalados en el área de recreo de la villa. En su gran mayoría proceden de España: Almería, Toledo, León, Zamora, Cáceres, Alicante, Badajoz, Jaén, Córdoba y Ourense. Pero también hay presencia extranjera. Por ejemplo, M'Hamed Elkhafat, aunque reside habitualmente en Castellón, es de origen marroquí. De este país africano proceden también las piezas de alfarería Bereber del Rif, todas ellas elaboradas por mujeres que siguen el método tradicional.
Los visitantes pueden presenciar cómo los alfareros dan forma a las piezas. En el recinto ferial, que abre a las 11,00 y a las 16,30 horas, fue colocado el torno, que también utilizarán en los talleres para niños programados para las 13,00 y las 19,00 horas.
El recinto ferial fue ubicado en el Paseo do Malecón. En las inmediaciones del Casino, los visitantes pueden adquirir, o al menos contemplar, todo tipo de piezas, desde jarrones hasta botijos, pasando por fuentes o figuras en una amplia relación de objetos, en la que no falta la tradicional hucha con forma de cerdo. También los precios son variados, y según explicó Miguel Ángel González, van desde dos euros hasta más de un centenar.
Son veinte los puestos instalados en el área de recreo de la villa. En su gran mayoría proceden de España: Almería, Toledo, León, Zamora, Cáceres, Alicante, Badajoz, Jaén, Córdoba y Ourense. Pero también hay presencia extranjera. Por ejemplo, M'Hamed Elkhafat, aunque reside habitualmente en Castellón, es de origen marroquí. De este país africano proceden también las piezas de alfarería Bereber del Rif, todas ellas elaboradas por mujeres que siguen el método tradicional.
Los visitantes pueden presenciar cómo los alfareros dan forma a las piezas. En el recinto ferial, que abre a las 11,00 y a las 16,30 horas, fue colocado el torno, que también utilizarán en los talleres para niños programados para las 13,00 y las 19,00 horas.
