REPORTAJE

El arte señaliza el Camino

Figura señalizadora del Camiño de Inverno, en A Rúa.
photo_camera Figura señalizadora del Camiño de Inverno, en A Rúa.

Las carencias de señalización del Camiño de Inverno son resueltas muchas veces por peregrinos que marcan el itinerario con su obra. Esto sucede en un tramo de A Rúa. A su vez, 72 artistas exponen sus espantapájaros

Los parajes sobre los que discurre el Camiño de Inverno gustan, y mucho, a la gran mayoría de los peregrinos que lo recorren. A falta de que la Xunta le otorgue el merecido reconocimiento oficial, algunos de ellos decidieron implicarse para resolver sus aún demasiadas deficiencias. Este es el caso del particular de A Rúa, que prefiere permanecer en el anonimato, que realizó media decena de figuras en piedra y madera para señalizar un tramo de 1,5 kilómetros.

Sus obras llaman poderosamente la atención de los caminantes que recorren el paraje de Albaredos. Su sorpresa es mayúscula al encontrarse con las creaciones en medio del monte.

La presidenta de la Asociación de Amigos do Camiño de Inverno, Asunción Arias Arias, conoce al creador, pero respeta su anonimato. "É un gran amante do camiño", explicó. Inmediatamente, añadió que el artista lo hizo varias veces. "Moitos peregrinos constrúen fitos de pedras. Indican por onde vai o Camño", dijo. Este mismo cometido de guiar a los peregrinos es el que persigue el anónimo creador. En un recorrido que muchas veces solo consta en simples flechas pintadas sobre muros, quitamiedos o en el mismo suelo, los viajeros agradecen encontrar obras como las que decoran el tramo de A Rúa.

Los colores son los mismos de las señales oficiales: amarillo, azul y rojo, los materiales son la piedra y la madera, que dan forma a figuras humanas y flores. "Aporta unha pegada de respeto á natureza do Camiño de Inverno", comentó Asunción Arias.

El arte está estrechamente vinculado con el Camiño de Inverno. La exposición itinerante "Os cuidadores das hortas", que tiene a Manuel Estévez de comisario, incluye obras de 72 artistas. Entre ellas hay un poco de todo, fotografías, esculturas o pinturas, principalmente. Eso sí, un nexo común las enlaza: todas representan espantapajaros. El origen de los artistas es muy diverso y hay creadores de lugares tan lejanos como el Bierzo leonés o las tierras catalanas. Parte de las obras conforman la exposición permanente del monasterio de Carboeiro (Silleda).

Paralelamente al aumento del número de obras crece el de peregrino. Las cifras de este año superan a las del mismo periodo de 2013, superando los 700.

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