La paradas duraron menos y dieron paso a la Fiesta da Androlla

El bombo de los folións atronó en Viana a pesar del intenso aguacero

Un boteiro, durante el desfile de folións y comparsas.
Los folións de Viana desfilaron ayer ante cientos de personas. El temporal no arredró a sus integrantes que decidieron volver a hacer sonar sus bombos a pesar del fuerte temporal de lluvia. Se apreciaron ausencias, como las de algunos boteiros, quienes optaron por no participar para no destrozar las caretas. Tampoco faltaron carrozas, disfraces y un público que masivamente siguió el desfile desde la Praza Maior.
Un aspecto que sí condicionó la lluvia fueron los tiempos del desfile. Comenzó con algún retraso y con todas las miradas dirigidas hacia el cielo en espera de que dejase de caer agua. Una vez comenzado, todo fue más rápido que otras veces. Las paradas de los folións duraron menos y es que el mal tiempo les jugó una mala pasada.
Después llegó la 'XLIII Festa da androlla', que se desarrolló en el polideportivo municipal. En este acto del Entroido no hubo unanimidad en torno a la asistencia. La organización calculó un número de personas similar al de ediciones anteriores: 1.350 comensales en la carpa destinada a los integrantes de los folións y 1.500 sobre el parqué del recinto deportivo, incluido el conselleiro de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria, Xesús Vázquez. Así y todo, entre los asistentes también se escucharon comentarios de que hubo una menor presencia de personas.
Lo que no varió respecto a ediciones anteriores fue el menú, centrado en el embutido característico del Concello: la androlla.

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