O Barco será escenario de una feria de coleccionistas

El Casino apuesta por el coleccionismo gallego

Julio Crespo, José María García y Pedro Arias.
El Casino de O Barco se sumó a la campaña iniciada por un barquense para promocionar el coleccionismo gallego y sacarlo del furgón de cola, posición que ocupa en el panorama nacional. Para ello programó una feria de dos días, a la que se prevé la asistencia de una veintena de coleccionistas.
'En Galicia nos llaman enfermos'. Esta es la imagen que soportan los coleccionistas gallegos, según apunta uno de ellos, José María García. Ante esta valoración, no es extraño que esta comunidad autónoma ocupe el último puesto en la clasificación nacional de esta afición, que lidera sobradamente Cataluña.

El barquense Jose María García no se resigna, como tampoco el Casino de la villa, que preside Pedro Arias. Juntos, acordaron organizar la 'I Feria del Coleccionismo de O Barco'. Fue fijada para los días cuatro y cinco del próximo mes de septiembre y está prevista la asistencia de una veintena de coleccionistas. La misión no es sencilla. El elevado valor de las piezas que se exhibirán obliga a contratar guardas de seguridad, pero los promotores confían en que el éxito del acontecimiento permita repetirlo 12 meses después. Es más, el objetivo inicial es organizar dos ferias al año.

'El coleccionismo es cultura', explica José María García. Lamenta que sólo se organicen ferias de coleccionismo al aire libre, ciertos domingos, en las siete ciudades gallegas. También que las mejores piezas de Galicia acaben en colecciones foráneas, por lo que apuesta por relanzar esta afición en Galicia tomando como base O Barco. 'Hay conexión con Ourense, Monforte y Ponferrada', explica.

El organizador de la feria barquense confiesa que llega a pasar hasta 15 horas del día ante sus cuatro colecciones: monedas, billetes, postales y programas de cine. A modo de muestra del precio de una pieza, comenta que su próxima adquisición es un programa de la primera versión de la película 'King Kong', rodada en 1927. 'La ofrecen a buen precio, pues piden 2.000 euros y no deja de ser un papelito, pero es una de las piezas que me faltan', comentó.

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