El informe técnico de las mediciones realizadas en el santuario de As Ermidas (O Bolo) advierte del peligro que corre el templo si el muro orientado hacia el río Bibei sigue inclinándose hacia al vacío, como consecuencia de las filtraciones subterráneas de agua. El estudio lo redactó el ingeniero Luis Maroto y será editado por la Diputación provincial para informar a la población de las deficiencias de la iglesia.
Nos quedamos sin santuario. Este comentario es del ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y vicepresidente de la Fundación Nuestra Señora de As Ermidas, Luis Maroto Cervera, quien se basó en las mediciones realizadas en el templo desde 2002. En diciembre de ese año se derrumbó el edificio donde se alojaban las personas acogidas en el recinto. Las filtraciones de agua que provocaron su hundimiento ahora amenazan a la iglesia. El muro orientado hacia el río Bibei cabeceó (se inclinó) entre 1,5 y 2,5 milímetros en los últimos cuatro años, un desplazamiento muy importante, que no es recuperable. Esta pared de piedra fue construida con materiales de relleno y 350 años después aún sigue asentándose en el terreno. Si se va mucho más hacia afuera se caerá la bóveda, explicó el directivo del colectivo bolés.
Las filtraciones subterráneas de agua causaron las graves deficiencias que presenta la estructura del monumento que abandera el patrimonio valdeorrés. El santuario desvió hacia O Bolo a un buen número de peregrinos, contribuyendo a configurar el Camiño de Inverno, un itinerario alternativo al Francés para el que ahora reclaman el reconocimiento de la Xunta los dirigentes políticos, agentes sociales y colectivos vecinales de la comarca.
BURÓCRATAS
La eliminación de las filtraciones no presenta excesivas complicaciones, según apunta Luis Maroto. En todo caso, las obras serán mucho más sencillas que obtener los permisos necesarios. El primer proyecto llegó a la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural en enero de 2009 y 14 meses después aún no se ve próximo el final de los trámites y obtención de permisos.
Tampoco fueron suficientes dos semanas para que este diario obtuviese alguna respuesta de la Consellería de Cultura e Turismo sobre la posible existencia de un plan para afianzar el santuario. En diciembre de 2009, el alcalde de O Bolo del PPdeG, Manuel Corzo, anunciaba la existencia de un proyecto para renovar los canalones que evacúan el agua de lluvia. El regidor anunció ayer que el martes próximo se reunirá con el director xeral de Patrimonio Cultural, José Manuel Rey Pichel, para hablar del citado estudio.
Las gestiones, trámites y reuniones se suceden sin interrupción repiten desde hace años, pero las grietas del santuario siguen aumentando sin que nadie les ponga remedio. Tal es así, que el desánimo se abre paso entre la población. Sobre este particular, una vecina de As Ermidas comentaba que 'a lo mejor hay que esperar a que ocurra alguna desgracia para que hagan algo'. Luis Maroto prefiere no esperar tanto y pretende ganar la 'partida' a la burocracia con información. La imprenta de la Diputación provincial editará la semana próxima un libro con las 'vicisitudes' del santuario, en los últimos siete años. El volumen recoge un estudio técnico de los problemas del templo, que el ingeniero de Caminos pretende dar a conocer repartiendo los ejemplares entre colectivos como el Instituto de Estudios Valdeorreses.
7
Son los centímetros que alejan la torre del muro próximo al río Bibei, desde su construcción. La pared perdió la verticalidad a causa de las filtraciones de agua existentes en un suelo de materiales de relleno. En su esquina, el soporte de la bóveda se movió 10 centímetros hacia el exterior.
60.000
Euros que costará eliminar las filtraciones de agua del templo, según el proyecto que redactó Luis Maroto. A su vez, el presupuesto de renovación de canalones que, según el alcalde, ejecutará Patrimonio cuesta 50.000 euros.
Las filtraciones subterráneas de agua causaron las graves deficiencias que presenta la estructura del monumento que abandera el patrimonio valdeorrés. El santuario desvió hacia O Bolo a un buen número de peregrinos, contribuyendo a configurar el Camiño de Inverno, un itinerario alternativo al Francés para el que ahora reclaman el reconocimiento de la Xunta los dirigentes políticos, agentes sociales y colectivos vecinales de la comarca.
BURÓCRATAS
La eliminación de las filtraciones no presenta excesivas complicaciones, según apunta Luis Maroto. En todo caso, las obras serán mucho más sencillas que obtener los permisos necesarios. El primer proyecto llegó a la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural en enero de 2009 y 14 meses después aún no se ve próximo el final de los trámites y obtención de permisos.
Tampoco fueron suficientes dos semanas para que este diario obtuviese alguna respuesta de la Consellería de Cultura e Turismo sobre la posible existencia de un plan para afianzar el santuario. En diciembre de 2009, el alcalde de O Bolo del PPdeG, Manuel Corzo, anunciaba la existencia de un proyecto para renovar los canalones que evacúan el agua de lluvia. El regidor anunció ayer que el martes próximo se reunirá con el director xeral de Patrimonio Cultural, José Manuel Rey Pichel, para hablar del citado estudio.
Las gestiones, trámites y reuniones se suceden sin interrupción repiten desde hace años, pero las grietas del santuario siguen aumentando sin que nadie les ponga remedio. Tal es así, que el desánimo se abre paso entre la población. Sobre este particular, una vecina de As Ermidas comentaba que 'a lo mejor hay que esperar a que ocurra alguna desgracia para que hagan algo'. Luis Maroto prefiere no esperar tanto y pretende ganar la 'partida' a la burocracia con información. La imprenta de la Diputación provincial editará la semana próxima un libro con las 'vicisitudes' del santuario, en los últimos siete años. El volumen recoge un estudio técnico de los problemas del templo, que el ingeniero de Caminos pretende dar a conocer repartiendo los ejemplares entre colectivos como el Instituto de Estudios Valdeorreses.
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Son los centímetros que alejan la torre del muro próximo al río Bibei, desde su construcción. La pared perdió la verticalidad a causa de las filtraciones de agua existentes en un suelo de materiales de relleno. En su esquina, el soporte de la bóveda se movió 10 centímetros hacia el exterior.
60.000
Euros que costará eliminar las filtraciones de agua del templo, según el proyecto que redactó Luis Maroto. A su vez, el presupuesto de renovación de canalones que, según el alcalde, ejecutará Patrimonio cuesta 50.000 euros.
