La reforma de la travesía dificulta la circulación de coches y peatones

La maquinaria se adueña del centro de O Barco

Los vecinos de O Barco deberán acostumbrarse a convivir con las vallas, zanjas y maquinaria de obras que proliferan en el casco urbano.
La reforma de la travesía barquense llegó a su fase final, que se desarrolla en el centro de la villa y que debería finalizar a principios del próximo mes de septiembre, según apuntó el alcalde, Alfredo García Rodríguez. Así las cosas, durante los dos meses próximos, los trabajos deberán cubrir la distancia de aproximadamente 300 metros que separa el cruce de la Avenida de la Estación de la calle Profesor Eloy Mira.

El levantamiento de las aceras obligó a ocupar con vallas ambos flancos de la calzada, buscando diferenciar el espacio que deben utilizar los peatones de la zona reservada a los condcutores. A esta situación hay que añadir la eliminación de los carriles habilitados para los vehículos que abandonan la avenida Marcelino Suárez, una medida que complica aún más la circulación.

Las obras de reforma de la travesía de la N-536 en O Barco, que ejecuta la empresa OCA, comenzaron en el mes de septiembre del 2009, en la avenida Manuel Quiroga. Esta primera fase finalizaba en la calle Profesor Eloy Mira. En este lugar rematarán los trabajos iniciados en el extremo opuesto de la villa, a la altura de la avenida Condesa de Fenosa y que actualmente afectan a Marcelino Suárez.

El proyecto de reforma incluye la renovación de las aceras y de las tuberías de abastecimiento y saneamiento que se encuentren deterioradas, así como el asfaltado de la calzada. El presupuesto total se aproxima a 1,3 millones de euros, según apuntó el Concello. La financiación procederá en su mayor parte del Ministerio de Fomento, aunque también colabora Augas de Galicia.

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