Forzaron viviendas, bodegas y garajes para robar castañas y dinero

Un pueblo barquense, acosado por los ladrones

Los vecinos de Santa Mariña (O Barco) se sienten impotentes ante los robos cometidos en este pueblo de 28 habitantes. En las últimas dos semanas fueron asaltadas seis propiedades, entre viviendas, bodegas y garajes. Alguna de ellas, en dos ocasiones, según explicó Rafael P., uno de sus preocupados habitantes, quienes se mostraron reacios a dar sus nombre por temor a represalias de los ladrones.
El último percance se desarrolló en la madrugada de ayer. Rafael P. comentó que a las 2.00 horas oyó ladrar a sus perros, un hecho al que no concedió importancia hasta la mañana siguiente, cuando le dijeron que los ladrones habían regresado al pueblo.

En su última acción forzaron las puertas de una bodega, dos garajes, una vivienda y el centro social. Los ladrones se llevaron todos los sacos de castañas que encontraron. Sumados a los robados dos semanas antes dan un total de 15, con unos 800 kilos del fruto. Incluso se marcharon con un capacho conteniendo las piezas en peor estado, que habían sido apartadas para 'dar de comer aos cerdos'. Lo dijo I.P., su propietario, que también echó en falta dos botas que había comprado recientemente y una manguera.

La casa de un emigrante de Santa Mariña, que horas antes se había marchado para regresar a la ciudad donde reside, Barcelona, también fue víctima de los maleantes. Ayer aún no se conocían los bienes robados en la vivienda, pero sí podían verse los daños ocasionados en los dos coches que estaban guardados en el garaje. Los cristales de ambos estaban rotos y en uno de ellos faltaban 200 euros y una chaqueta, desconociéndose los objetos robados en el otro coche.

En el centro social del pueblo, los ladrones 'abriron a neveira e beberon varias cervexas', explicó Rafael P., quien se mostró extrañado porque dejaron intacto el aparato de televisión. No fueron tan cuidadosos al abrir la nevera, que revolvieron y registraron, al igual que el resto del local, llegando incluso a forzar la puerta del aseo.

Las víctimas de los robos, algunas de las cuales viven habitualmente en la villa de O Barco, tienen miedo de que los ladrones puedan regresar durante la época de la matanza para robar sus cerdos y los embutidos que elaboran con su carne, tal y como sucedió hace un año en varias casas de esta misma zona.

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