Hay libros que destrozan a uno, que lo dejan partido en piezas. Dinero, el último poemario de Pablo García Casado (Córdoba, 1972) está en esa gama.
El libro, conformado por poemas narrativos, aplica la lente sobre la relación del hombre con el dinero, y recorre almas hipotecadas, hombres soñadores que caen a la tierra, solitarios, individuos sin suerte. Los poemas hurgan en la deshumanización de una realidad que ha decidido aferrarse únicamente al valor de lo material. El dinero cobra en la poesía de Casado las formas posibles de la ignominia, hasta que se consolida en el lector la idea de que ese dinero que todo lo determina no es sino un sentimiento de angustia que transforma las situaciones cotidianas, las caras conocidas, las voces familiares, en algo extraño.
