El madrigal de las hermosas ourensanas

Versos para las hermosas.
photo_camera Versos para las hermosas.

El Diccionario de la Academia define Madrigal como “composición poética que expresa con ligereza y galanura un sentimiento delicado” y eso es lo que hace el poeta Xavier Bóveda al dedicar madrigales, algunos de ellos sonetos, a 21 mujeres ourensanas pertenecientes a lo que se conocía como destacadas familias locales. Su cuello, su sonrisa, su figura, el rubio de su pelo y sobre todo su bondad, su gran corazón, es lo que canta Bóveda rayando la cursilería, el tópico, las frases hechas y el peloteo. No deja claro el poeta porqué elije a estas chicas y no a otras, pero todo hace sospechar que buscaba darse a conocer como poeta y editar su libro del que quedan muy pocos ejemplares. Donde más se explaya es en el poema, el primero del libro, dedicado a la marquesa de Leis, patrocinadora de la edición del mismo y a quien considera “en la noche del pobre, un corazón en una lámpara que ilumina su mísero infortunio” y a quien no tiene reparo en “respetuosamente besar sus pies”.

La contraportada del pequeño libro, de 50 páginas y algo más de una cuarta de alto, la ocupa publicidad de la zapatería “Celestino”. La impresión se hizo en la imprenta “La Editorial” de la calle de la Paz. (Fondo, Biblioteca de la Diputación).

El autor

Xavier Bóveda llamaba la atención de sus contemporáneos en la ciudad por su aspecto de poeta con melena, chalina y traje negro y su afición a piropear y cortejar a las mujeres. Sus grandes amigos de juventud fueron Fernández Mazas y Eugenio Montes. Emparentado con Eduardo Blanco Amor, es autor de varios libros de versos. Ansioso por conocer y experimentar nuevos mundos se va a Madrid en 1918 donde frecuenta a los intelectuales de su tiempo. José Manuel de Prada le dedica un capítulo en su libro “Desgarrados y excéntricos” (2001). De él habla en sus memorias Josep María de Sagárra, y Ramón Gómez de la Serna lo retrato así: “Un día apareció (por el Café Pombo) Xavier Bóveda, entusiasta, sincero, valiente, dispuesto a pegarse con todo el que hace malos sonetos y gritando que él se vino a Madrid sin más equipaje que un ejemplar del periódico de su tierra”. En Madrid conoció a una millonaria argentina con la que se casó y emigró a su país. Regresa en 1963 y muere en Madrid. Su interesante biografía está por escribir.

Las hermosas

María de la O Castro de Pardo, marquesa de Leis, es la principal protagonista del libro y a quien el poeta se lo dedica por ser la impulsora y patrocinadora de la edición. Se casó con el notario Isauro Pardo, de destacada familia de Lugo, quien se encargaría de ordenar la documentación histórica de la casa de los Leis que está depositada en el Archivo Provincial. María hereda el título de su tía-abuela en 1907 y con él también el Pazo de Fuentefría y la casona de La Barrera, posteriormente convertida en hospicio de niñas huérfanas. Los que la conocieron la describen como guapa, simpática y organizadora de reuniones sociales y caritativas en su casa. Muere en 1953 en Lugo. Sus hijas Rosita y Purita Pardo Castro también merecieron un verso en el Madrigal.

También merecieron un verso Celsa París, que era muy guapa y simpática, coja, casada con Paco Gallego e hija del propietario de los Almacenes París de la calle del Progreso.

Purita García pertenecía a la familia de médicos García del Villar. Destacó como pianista en numerosos conciertos en la ciudad. Olga Pacheco, hija del fotógrafo, era guapísima y estaba casada con un militar. Teresita Pereiro París, también era muy guapa según mi informadora. De su matrimonio con el militar Suances nació su hijo el arquitecto Javier Suances.

Chelo y Alejandra Alonso. Por supuesto guapas. Pertenecían a la familia Alonso vinculados al cine “Losada” y al hotel del mismo nombre instalado en un hermoso chalet de la calle El Paseo. Alejandra fue una activa falangista que entró en Madrid con las tropas nacionales para llevarle comida a su amiga Guadalupe. Eran tías de Julio Losada quien regentó durante años el Hotel Miño y destacó en la vida social ourensana de los años sesenta y setenta.

Eva Dainow. De origen ruso estaba casada con el dentista Dainow con el que se estableció en Ourense escapando de la revolución rusa. A ella le dedica Bóveda el poema más largo.

Maruja, Matilde y Pepita Romero, de la importante familia de los Romero de Xinzo, vivían en la ciudad con su tío el señor Morenza que presidía la Diputación. Según mi informadora, Maruja era muy guapa y se casa con un catedrático, Matilde era mas bien feíta y se casa con Vera, un Magistrado.

Dalila Alvarez, Julita Román, Carmiña Nóvoa, de las que no tengo datos también merecieron verso.

Conchita Lobit, miembro de una familia muy conocida en los años veinte. Tenia fama de dulce. Su hija se casaría con un conde de familia de arquitectos.

Lucila Martínez Pedráyo, prima de don Ramón Otero Pedrayo. Se casó en Madrid donde murió atropellada por un coche. Su hijo presidió el “Liceo” durante varios años

Rita Román, de la familia de los almacenistas Román. Se casó y se fue a vivir a América. Su hermana Julita también mereció un poema.

Teresa Vázquez Cid, familia del comerciante de calzado Celestino. Según parece era bastante fea.

Estelita Rodríguez, hija de un importante comerciante de automóviles. Se casó con Riestra que sería alcalde de la ciudad. Anita Feijóo de Sotomayor, de familia ilustre y guapísima. Laura Guitián Fábrega, tía del doctor Carlos Guitián. Aquilina Marquina, hija del militar Marquina. Pilarita Chacón, novia de Florentino L. Cuevillas formando una pareja que llamaba la atención por su elegancia y dandismo. Vecina de la calle de Hernán Cortes, amiga de la marquesa de la Atalaya Bermeja, doña Angelita, en cuyo palacete de la calle de Santo Domingo conoce a un financiero argentino con el que se fuga y recorre la Europa más lujosa de la época. Armando Fernández Mazas (hermano del pintor) en su libro: ”Ourense: Atenas de Galicia”, cuenta que años después, el periodista ourensano Lorenzo Garza la sitúa en París regentando un chalet con el nombre de madame Lina. Tam fascinante debía de ser la Chacón que el ourensano Luis Madriñán la elige como protagonista de una novela que permanece inédita. Se casó con el banquero Urquijo con el que tuvo tres hijos.

La mayoría de estos datos me los facilitó Socorrito Risco, sobrina de don Marcelo Macias, fallecida hace ya unos años, quien conoció a varias de estas hermosas.

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