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Lesiones no intencionadas

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Prevención y tratamiento de heridas, atragantamientos, quemaduras y picaduras en edad infantil

Aunque suponga un tema poco citado en los medios las lesiones no intencionadas constituyen la primera causa de muerte entre los 5 y 18 años de edad. Las causas más frecuentes de lesión traumática son las caídas y precipitaciones, seguidas de los accidentes de tráfico. Además, los niños en edad preescolar son víctimas frecuentes de accidentes domésticos, caídas, precipitaciones desde altura, ahogamientos, quemaduras e intoxicaciones.

La prevención constituye a día de hoy la medida más eficaz para evitar la lesiones no intencionadas. Por ello su divulgación es tan importante o más que su tratamiento. La Asociación Española de Pediatría ha puesto en marcha una iniciativa a través del Comité de Seguridad y prevención de lesiones no intencionadas para trabajar en pro de su prevención, facilitando una información veraz, fehaciente y segura que sirva para que los más pequeños crezcan en un entorno fiable y saludable.

La premisa de esta iniciativa es que “los accidentes son inesperados, pero no inevitables”: es posible prevenir de forma efectiva las lesiones, de la misma manera que se previenen otros problemas de salud. 


Prevención


Algunas medidas protectoras básicas generales serían: Protectores de enchufes. Cierres de seguridad para cajones y armarios que contienen productos tóxicos, medicamentos o herramientas. Protecciones en ventanas y balcones. Recintos de juegos cerrados al tráfico. Vallas que evitan el acceso a las escaleras de los más pequeños.

El andador, tacatá o tacataca, es un instrumento desaconsejado por todos los grupos de expertos en prevención de lesiones. Multiplican por cuatro el riesgo de caída por una escalera y duplican el riesgo de fractura por caída por la misma. En caso de haber escaleras se deben instalar barreras protectoras abajo y arriba de cada tramo de escaleras, y mantenerlas siempre cerradas.


Cambiar al bebé es en una colchoneta en el suelo para evitar caídas. No se deben colocar muebles a los que el niño pueda trepar delante de una ventana. Es conveniente que los muebles estén sujetos a la pared, especialmente estanterías y muebles altos para evitar que se venzan si el niño intenta trepar Permanecer alejado del sol en las horas más peligrosas: de 10:00 a 16:00 horas así como utilizar siempre protectores solares


Debe impedirse, en la medida de lo posible, que los niños entren en la cocina. Si no es factible han de ser supervisados en todo momento. La supervisión o vigilancia de cualquier niño que se encuentre próximo a un entorno acuático, es la medida de prevención más importante para evitar los ahogamientos. Las clases de natación pueden disminuir el número de ahogamientos en niños. Es conveniente que los niños aprendan a nadar, sobre todo a partir de los 4 años.

La postura en la que se debe colocar al niño para dormir es boca arriba, tanto en las siestas como durante la noche. Colocar a los niños boca abajo favorece que ejerciten los músculos del cuello, espalda y brazos; pero siempre deben estar despiertos y vigilados. Es decir, boca abajo para que juegue y boca arriba para que duerma. 


Tratamiento


Las mordeduras de animales y de humanos representan un porcentaje no despreciable de las visitas de niños a urgencias, de las cuales un número considerable van a requerir un seguimiento clínico, y los casos graves hospitalización. La complicación más frecuente de las mordeduras es la infección. En el manejo de las mordeduras existen unas normas generales de actuación, que incluyen el lavado y la desinfección de la herida así como la prevención de posibles infecciones. 

En el caso de picadura de abeja, si el aguijón ha quedado incrustado, hay que sacarlo lo antes posible para reducir la cantidad de veneno inyectado. Importante un buen lavado de la piel con agua y jabón, aplicar hielo local para aliviar el dolor y disminuir el picor y la inflamación. En caso de dolor muy intenso puede aplicarse anestésico local tópico (lidocaína) o infiltrado.  Los antihistamínicos por vía oral pueden aliviar el picor. 

Otra situación peligrosa de la que deberemos estar atentos es de los atragantamientos con cuerpo extraño. Cuando un objeto compromete la permeabilidad de la vía aérea, puede poner en peligro la vida. Podemos diferenciar tres situaciones: 

1. Si el niño puede hablar y respirar,hay que animarle a toser. Bajo ninguna circustancia debe: Darle golpes en la espalda o intentar sacar el objeto. 

2. Niño consciente con tos y respiración no efectivas (tos o llanto débiles o apagados, incapacidad para vocalizar, no respirar con normalidad, cianosis), hay que actuar inmediatamente: Solicitar ayuda.

Si el cuerpo extraño es visible y fácil de extraer, apertura de boca y extracción manual del cuerpo extraño. Realizar la extracción con el dedo en forma de gancho. Si el cuerpo extraño no es visible y fácil de extraer, iniciar las maniobras de expulsión del cuerpo extraño:

A. En un lactante  Póngalo tumbado boca abajo sobre su antebrazo con la cabeza inclinada hacia abajo. Dé 5 golpes secos en la espalda (entre las escápulas) con el talón de la palma de la mano.


De la vuelta a la víctima y mire si el objeto está en la boca. Si en la boca hay un objeto, sáquelo con el “dedo en forma de gancho”. Si no ha expulsado el objeto, debe seguir con la reanimación: dé 5 golpes en el centro del esternón con su dedo índice y corazón (el esternón se debe hundir ligeramente). Mire si el objeto está en la boca. Si no ha expulsado el objeto: vuelva a empezar la secuencia


B. En el niño más mayor, con el niño inclinado hacia delante en bipedestación. 5 golpes interescapulares, 5 compresiones abdominales. El reanimador se situará de pie sujetando a la víctima por detrás, pasando los brazos por debajo de las axilas y rodeando el tórax.

Colocar una mano en forma de puño, con el pulgar flexionado hacia adentro, apoyándola en la línea media del epigastrio, entre el esternón y el ombligo. Con la otra mano abrazar el puño y realizar un movimiento hacia atrás y arriba. 

3. Niño inconsciente: se debe iniciar la secuencia de reanimación cardiopulmonar. Colóquese de rodillas al lado de la víctima para hacer compresiones e insuflaciones. Descubra el pecho del niño y comience con 5 insuflaciones de rescate, confirme que no se expande el tórax cuando usted introduce aire y proceda a realizar compresiones.

Coloque el talón de una mano en el centro del pecho, a nivel del esternón. Estire los brazos y mantenga la espalda recta. Ejerza presión dejando caer el peso. Comprima fuerte y rápido, hasta que el niño expulse el cuerpo extraño, tosa, se mueva, o hasta que lleguen los servicios de emergencias. 

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