LEB ORO

Canastas a 5.538 kilómetros de casa

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photo_camera Luka Bulashvili y Giorgi Tvalabeishvili, presumen de apellido en las instalaciones del Paco Paz.

Luka Bulashvili y Giorgi Tvalabeishvili, los dos jugadores georgianos del filial del COB, disputan sus primeros minutos en categoría senior con la ilusión de llegar a profesionales

A nadie le resulta fácil vivir lejos de casa. A más de 10 horas en avión, o lo que es lo mismo, 5.538 kilómetros por carretera, se encuentra Tiflis, capital de Georgia y lugar de nacimiento de Luka Bulashvili y Giorgi Tvalabeishvili, jugadores del Club Ourense Baloncesto de Liga EBA.

En su primer año senior y con 18 años recién cumplidos, Luka (3 de mayo de 1998) y Giorgi (4 de abril de 1998), son dos de los jugadores más prometedores de una generación de georgianos que siguen los pasos de estrellas ya asentadas en la NBA o el baloncesto europeo, como, Zaza Pachulia (Golden State, en la NBA), Tornike Shengelia (Baskonia, en España) o Viktor Sanikidze (Aris, en Grecia).

Precisamente Pachulia, un ídolo de masas en su país, protagonista de anuncios de todo tipo y habitual de la televisión, fue el detonante para que uno de ellos comenzase a jugar al baloncesto, después de probar suerte con la lucha libre y el boxeo. Con 11 años Giorgi vio "a Zaza en un programa en el que contaba como era su vida en Estados Unidos, con sus coches, su casa, los partidos... y quise ser como él, ser profesional del baloncesto".

Luka, por su parte, lo vivió como algo más natural. "Mi hermano mayor jugaba y después de verle entrenar me decidí a probar con siete años. Más tarde empecé a seguir la NBA y la Euroliga y ya me planteé llegar a ser profesional".

Protagonistas en sus respectivos equipos desde sus inicios, ambos jugadores se conocen bien y recuerdan los primeros enfrentamientos en las ligas infantiles de su país. "Era el más alto de toda la competición, todos sabíamos quien era Tvalabeishvili", afirma Luka mientras Giorgi, con una sonrisa tímida, destaca que "Bulashvili era conocido en la liga por la cantidad de puntos que anotaba, llamaba siempre la atención en las estadísticas".

A Bulashvili su oportunidad le llegó tras el Europeo cadete. "Mi primer año en España, en Canarias fue duro. El segundo, en Baskonia, se hizo más llevadero porque mis padres me visitaron tres veces y este, en Ourense, ya está todo mejor. Ya pienso incluso en irme a vivir solo (sonríe). Echo mucho de menos a mis hermanos, especialmente a los pequeños, que tienen 4 y 6 años y casi no los veo" se lamenta. Mientras Giorgi, con menos años fuera de casa (su experiencia lejos de Georgia se reduce a apenas una temporada en Sevilla) todavía se le entristece la voz cuando habla de los suyos: "La verdad es que yo a quien extraño más es a mi novia. A mis padres y mis cinco hermanos también pero...", deja en abierto con una medio sonrisa tímida que refleja que a pesar de tener cuerpos de hombre todavía son un poco niños.

Distancia y familia aparte, ambos destacan las lógicas diferencias culturales entre ambos países. Nada extrañas, Giorgi y Luka coinciden en que la importancia de la religión (se consideran muy religiosos) y algunos temas que aquí se ven banales, como algún insulto familiar, son cosas que "todavía nos cuesta entender pero forma parte del aprendizaje".

Aún así, la adaptación a Ourense "está siendo perfecta. La gente es muy abierta y aquí todo el mundo se conoce. Es fácil hacer amigos. Estamos muy cómodos tanto con la ciudad como con el equipo, nos trata todo el mundo genial", confirma Bulashvili.

Georgia y Martín Rodríguez

Luka, más habituado a vivir lejos de casa, con un castellano casi perfecto (este es su tercer años lejos de su familia) y mucho desparpajo, destaca el crecimiento del baloncesto en Georgia: "Tener buenos jugadores en competiciones de nivel ha hecho crecer la afición. Históricamente siempre hemos sido mejores en rugby y lucha libre, pero gracias al trabajo de jugadores como Pachulia, que ha creado una escuela y visita a los niños para contarles sus experiencias, cada vez más gente en nuestro país practica baloncesto. Es una buena noticia".

Sobre el filial y su futuro, ambos ven en Martín Rodríguez un espejo en el que mirarse. "Saber que si trabajamos duro y nos esforzamos nos dará una oportunidad de llegar al primer equipo nos motiva mucho. Martín lo consiguió con mucho trabajo y nosotros entrenamos para ello. Además, entrenar con el primer equipo nos hace crecer como jugadores y eso se nota", afirman.

La liga EBA

Sobre el bagaje del equipo en esta liga EBA (marchan en la quinta posición), antes de medirse al líder, el León, hacen autocrítica. Luka, uno de los máximos anotadores de la categoría destaca que "en las primeras jornadas me faltó acierto en el tiro por malas elecciones. Tengo que trabajar más en las asistencias para luego buscar tiros más liberados" . Giorgi, más sosegado y tras dos meses de baja cree que "cada vez estoy mejor. Sé que puedo darle mucho más al equipo".

Por último, ambos coinciden en sus deseo para el final de temporada. "Queremos ganar el máximo número de partidos posible y si podemos, clasificarnos para el playoff, sería un buen premio para esta temporada".

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