¡Toma play off!

El COB está un poco más cerca de un sueño difuso hace unos meses pero empecinado en coger nitidez capítulo a capítulo. Derrotó al Melilla en una cita agónica, apasionante, fiel a lo que se espera de un play off de ascenso. Se queda a una victoria de la siguiente ronda. Así de fugaz es esto. Ganas y cuentas 20. Pierdes y caes en el laberinto.

13 años eran demasiados sin paladear estos manjares y el baloncesto, caprichoso, le dio un poco de casi todo a un Pazo espectacular en número e implicación. Anotación, momentos de euforia, otros de agonía y orgasmo final. ¡Y solo estamos empezando!

El partido no decepcionó. El COB jugó sin Rejón y acrecentó su inferioridad física con las faltas iniciales de Busma y Geramipoor. El Melilla castigó en las dos zonas.

Respondieron los locales con una batería exterior demoledora. Fieler encaró a su pares siempre con ventaja, Brothers lució puntería y Rivero... Bueno, Rivero sencillamente es el mejor jugador de la LEB Oro y a su lado todo es más fácil, más bonito, mejor.

Arco apareció para calzar 12 puntos en un pestañeo y calcar esa ventaja al descanso. 53 puntos en 20 minutos para un COB con más renta que diferencia en la pista pero intachable en criterio e intensidad.

Amenazó con romper el partido en el regreso. El Melilla enseñó la yugular y el COB tuvo el partido en la mano. 18 puntos de renta.

Hasta ahí llegó lo mejor de los ourensanos. Poco a poco se quedaron sin piernas y sin puntería. Garrido llegó al rescate, Tomás lo acompañó y la ventaja se quedó primero en la mitad y luego en nada con cinco minutos todavía por jugar.

Ahí lo tuvieron los norteafricanos. Con el miedo campando por la pista el Pazo fue el antídoto. Rugió en cada defensa. Rivero anotó cuando nadie quería el balón y Arco hizo el resto para forzar al menos el cara o cruz final.

En la penúltima defensa Suka-Umu obvió los 39 minutos anteriores y robó el balón del partido. Machacó el aro y puso el marcador final. Quedaba el último esfuerzo. Tsiaras tuvo la prórroga pero falló y el azar guió el balón suelto a favor de un COB al que la fortuna le hizo justicia a todo lo bueno que ha hecho esta temporada. Ourense sigue soñando con la ACB.