Un canasta de Rivero a dos segundos para el final de la prórroga decidió un partido apasionante, con 4.500 seguidores y que deja al COB a un paso de la final
Está de quiero la temporada para el COB. Una canasta de Rivero a dos segundos para el final de la prórroga deja a los ourensanos a un paso de la final en el play off de ascenso a la Liga ACB. Finiquitó un partido en el que el Lleida mereció el mismo premio y en el que el COB nunca dejó de creer en la remontada.
Lástima que los play off no sean perennes en Ourense. Imposible cansarse de algo así. Es como estrenar novia y viaje a gastos pagos cada 48 horas. ¿Dónde hay que firmar?
El de ayer duró 45 minutos de tiempo reglamentario e inicia ahora cinco días de prórroga. Porque estos partidos son tan intensos que el poso no se marcha. El que gana se relame y el que pierde bebe para olvidar. Sonrisa permanente en unos y cabeza baja en los otros.
Caprichos del deporte que cuando suena la bocina alejan hasta el extremo las sensaciones de dos equipo parejos al máximo.
¡Y mira que Ourense está vacunado de play off desde hace años! No dejan de sorprender. Adictivos.
Un partido que empezó con modorra post-pitanza y acabó con hambruna pre-cena. Dos horas y cuarto dan para eso.
El calor y la comida dominical condicionaron a un Pazo en posición de sofá y esfuerzos controlados. Al COB quizá lo lastrase la victoria de ventaja.
Enfrente, un Lleida de sombrerazo. No tiene más que mostrar. Sacó todo su repertorio táctico, inventó lo que no está escrito en las rotaciones y presumió de acierto en el tiro. Vislumbró la victoria contundente, luego la tuvo en la mano a los puntos y se marcha en el Alvia K.O.
Llegaron a ganar por 13 los visitantes. Tras tantear el terreno en el primer cuarto, gustarse en el segundo y poner la camisa de fuerza al COB en el inicio del tercero (34-47).
Un partido de los que acaban en pitada local y dudas generalizadas. Si fuese liga regular o Copa de la Galleta. En los play off hay quien asegura haber visto ráfagas de viento sacar balones que estaban entrando por el aro, a madres animando al equipo contrario en el que jugaba su hijo y a Busma celebrar con rabia una canasta. Cosas a las que Pepu Hernández no tendría explicación e Iker Jiménez ha dedicado seriales.
Por eso el COB pasó del manicomio a las Seychelles sin billete. A Salva Arco le dio por anotar como si le fuese la vida en ello al mismo ritmo que Kahlig y Kaufmanis llegaban al banquillo prefiriendo la bombona de oxígeno a la botella de agua.
39 minutos de reloj después y unos años menos de vida, llegó el momento de firmar el epílogo. A Kaufmanis le pasó el turno y Rivero sacó al relucir el título vitalicio de 'Pedro I el magnífico'. Canasta, suspiró inicial, grito de euforia y de vuelta al asiento para tomar el último impulso.
Hoy es lunes pero la semana empieza de otra manera en Ourense. ¿No es festivo? No, pero como si lo fuese. Tampoco es cuestión de ir pidiendo días ahora que quedan lo gordo por llegar. Eso sí, habrá que revisar el número de nacimientos en el CHUO allá por febrero. Que le pongan Pedro. O Marcos. O Salva. ¿Y si es niña? Victoria.
