Los play offs se alejan para el COB tras su derrota contra el Burgos (64-91)

Romaro Gill machaca durante el partido.
photo_camera Romaro Gill machaca durante el partido.
El COB, sin Justin Turner ni Sergio Llorente, se despide de la lucha por el play off después de la derrota en el Pazo contra un Burgos candidato a todo

A falta de dos jornadas para el final de la primera fase de la LEB Oro, el COB vio alejarse el último vagón del tren con destino a la fase por el ascenso. La derrota sufrida contra el San Pablo Burgos, más las victorias de rivales directos como el Betis y el Fuenlabrada, impiden que el equipo de Félix Alonso se enganche a la novena plaza de la competición.

Una pequeña decepción que no empaña una temporada de confirmación en la categoría, cuyo resultado firmarían el pasado septiembre directiva, plantilla, afición, medios de comunicación y cualquier ávida casa de apuestas.

Tuvo que ser el San Pablo Burgos, aspirante al ascenso directo en dura lucha contra Coruña, Lleida y sus odiados vecinos del Tizona, quien despertó al COB y al Pazo do seu soño. Un equipo, más bien dos en uno, competente en todos sus puestos y con dos, quizá tres marchas más que los cobistas. No está para bromas el nuevo club de Jota Cuspineda y no mostró condescendencia ni cortesía en Ourense.

Sin Justin Turner, lesionado, ni Sergio Llorente, sancionado, la empresa se antojaba más propia para la Legión o los últimos de Filipinas. Demasiadas e importantes bajas para el COB, disimuladas durante los primeros minutos, gracias a la buena dirección de Javi López, el orden en ataque y las cuatro primeras canastas de un Radic imparable bajo el aro. 

Un 10-9 en cinco minutos fue lo mejor del COB. A partir de aquí, los lapsus en defensa, el cansancio en ataque y un 1 de 11 en triples convirtieron el aro del Burgos en romboide y su campo en una ascensión al Everest. Como además el rival entiende el baloncesto como cualquier autopista castellana -vía llana y gas a fondo- cualquier error ourensano en el tiro se castigó con un contragolpe fulgurante. A veces Corbalán, otras Speight, Rogic, Barrera… Todos corrieron sin mirar atrás.

El parcial del despegue se produjo en el minuto 8 (12-21). El de confirmación en el 18 (23-46). El desmoralizante en el 23 (27-58). La cosa apuntaba al resultado humillante de la ida, aquel doloroso 105-55. También hay que escribirlo, el COB intentó despedirse con pundonor y luchó por rebajar la diferencia a 20 puntos (46-66) liderados por Kacinas, Javi López y Gill.

Nada que hacer. El Burgos apretó y el COB no da para más. Esto es lo que hay y esto es lo que fue la temporada. Dadas las dificultades de la campaña, el talento de la plantilla y su imprevisible comportamiento, lograr la permanencia a mitad del calendario y aspirar al ascenso es mucho mérito.

A falta de Turner, un público con ganas de fiesta encontró el perfecto estímulo en el chino Bolong Zheng. El jugador se ganó el cariño de la afición por su entrega y humildad durante todo el curso. Su salida a pista, a falta de tres minutos para el final, se celebró como una victoria. Sus acciones -triple, rebote y asistencia-como un campeonato. 

Que renueve, si es posible, y se traiga a su primo. Toda ayuda es poca para un COB que ya trabaja -y bien- en la próxima temporada.

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