Cartas al director

Admiro a los tragalibros

Amigos y amigas:

En el IES de Trives pasan el día “Furgando nos libros”, con su club de lectura. En el colegio Salesianos de Ourense gozan cada día con “Tragalibros”, el club de lectura y, a la vez, la postura del centro. El equipo “Ecovigilantes” del colegio Franciscanas de la capital diseñó una “liberación masiva” de libros para que nos podamos enriquecer con el “libro libre” que ellos ofrecen. Los clubs de lectura, todos los centros educativos y las personas que gustan de la lectura son más ricos que Victoria Beckham, quien, recostada sobre un colchón lleno de billetes y fama, confesó públicamente no haber leído un libro en su vida.

Federico García Lorca decía: “Si yo tuviera hambre, no pediría un pan, pediría medio pan y un libro”. Aunque todo libro deja huella en algún renglón de nuestra memoria, parece ser que en España los libros interesan poco y a pocos. Ya hace siglos nos dijo Leonardo Argensola: “Los libros han ganado más batallas que las armas”. Hoy preferimos empuñar armas a manipular libros, porque el libro nos invita a pensar y debatir; la lectura es la mejor arma del pensamiento crítico. Podemos leer las noticias de cada día para tener algo de que hablar o para “afilar nuestro inconformismo”. Dicen que más de un tercio de los españoles no lee nunca. Leer y entender es algo; leer y sentir es mucho; leer y pensar es cuanto puede desearse para gozar más y mejor de una vida plena. Zambullirse en un paisaje de palabras es un baño que infunde frescura y vigor a nuestra vida de cada día. Somos lo que aprehendemos de todos y de todo. Somos lo que respiramos en el mundo de las letras. Con las palabras, nuestra vida se va esculpiendo en versos de carne y ríos de sangre. Por eso me apetece aplaudir la iniciativa de las librerías del CHUO: la recogida solidaria de libros para pacientes ingresados.

Amigas y amigos, imitemos a Yolanda Gómez, concejala de Cultura del Concello de Ribadavia, que se complace en ofrecer cuentos, descuentos y cuantas actividades pueda, “para que sus vecinos puedan disfrutar de la magia de los libros”. Imitemos los “buenos días” de estas jornadas en Salesianos, que nos invitan a seguir leyendo, a seguir escuchando a los libros. Y leamos también el libro del mundo, y escuchemos sus lecciones, también las del Oriente Próximo.