Opinión

Ladrillos sin gas

La construcción, el negocio inmobiliario y el financiero parecen despertar de una larga e intensa convalecencia después de que la explosión de sendas burbujas les tuviera al borde de la muerte. Poco a poco -con más facilidades y ayudas el tercero-, van saliendo de los cuidados intensivos. Tímidas grúas asoman de nuevo sobre la línea del cielo, alquileres y rehabilitación mejoran a los inmobiliarios, y de los bancos, poco que decir que no se haya dicho ya. Ahora toca medicarse, culminar el tratamiento y no abandonarlo antes del tiempo, porque una recaída podría ser falta. Ahora toca que los servicios sanitarios encargados del asunto, la mayoría dependientes del Estado en estos casos, no les den el alta sin asegurarse antes de que todo está en orden, de que todo funciona y de que los ladrillos se fabrican sin gas, para que no pueda repetirse la burbuja. Es lo que en justicia piden muchas pequeñas y medianas empresas que no llevan un "bank" en su nombre.

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