Leíamos, días atrás, un artículo de Galder Reguera, articulista muy vinculado con el Athletic de Bilbao, donde apuntaba que en demasiadas ocasiones narramos el fútbol (en este caso lo adaptamos al baloncesto) con la misma lógica, “que si no hay derrota de la que no se aprenda, que si cada problema encierra su solución, que si la suerte es la excusa de los cobardes... ¡Pamplinas!”. Y lo tiene muy claro: “En una trayectoria deportiva la suerte es un elemento fundamental”. Toda carrera, actividad deportiva es una mezcla de destino y voluntad. Así ocurrió en el Pazo. Esa voluntad que a veces parece faltarle al COB y que en esta ocasión debemos reconocer que “sí le puso cojones”.
A eso añádanle las palabras de Gregg Popovich tras el anillo de la NBA con los Spurs: “Mi única innovación fue elegir a Tim Ducan”. Esto adaptado al partidazo (¿qué sería con regularidad y posibilidades de descanso?) de Justin Turner (31 puntos), lanzado hacia el aro rival, ¿desafiante?, pues algún mensaje se cruzó con el cañonero ovetense Horton, al que Kacinas, dato de gran valor, logró echar del partido.
Fue decisivo, también, el ejercicio de defensa colectivo y rebote por parte de Radic (15 puntos/9 rebotes) y Jawara (12/8). Por voluntad, defensa, y en ello hay que incidir, el conjunto ourensano fue capaz de aguantar y forzar la prórroga con una última defensa al límite.
Lo cierto es que el conjunto ourensano tenía un afilado “back to back”, como así denominan en la NBA la disputa entre parejos en la tabla, que ha salvado. Deja a dos victorias a rivales directos y marca el play off. Esto es lo que se presumía, más tras un acertado inicio de temporada, y lo que es más definitivo, le acerca a la permanencia: ¡Su objetivo!.
Los abrazos emocionados en el paseíllo final de los jugadores explica lo que fue la angustia del resultado. Ver al COB arriesgar, presionar y no acomodarse, como no hace mucho sucedió, fue toda una muestra de respeto a una afición ejemplo de empuje.
