Opinión

Abdicación necesaria e insuficiente

Probable imputación de la infanta Cristina?, ¿casi segura condena de cárcel del yernísimo Urdangarin?, ¿Corinna?, ¿presunta cuenta en Suiza?, ¿desgaste físico y mental?, ¿revisión del 23 F?, ¿aumento del sentimiento republicano?... etc. A nadie debía de sorprender la abdicación de Juan Carlos I, un rey que ya hace tiempo había completado su círculo y empezaba a ser un problema.

La restauración borbónica instada y legalizada con leyes del antiguo régimen, ha cursado con una trayectoria ambivalente. El monarca cumplió con su papel de líder de la transición con una gran valoración mediática, contó para ello con la colaboración de los partidos democráticos y de los más heterodoxos del viejo sistema. Las habilidades del legislador lo alejaron del desgaste de sus deslices y del anacronismo de la institución monárquica. Siempre hubo alguien que se sacrificó por él, para ocultar sus errores; Armada, Colón de Carvajal, Suárez… pero hoy, con un pueblo desilusionado y cabreado, era imprescindible un gesto para tratar de recuperar el papel de la monarquía. España se estremece territorialmente, socialmente y su marca pierde prestigio de forma acelerada y la monarquía ya no le da la estabilidad necesaria, y alimenta el deseo de un cambio constitucional hacía la III República.

¿Estará el príncipe Felipe en condiciones de asumir este legado envenenado? Aparentemente tiene mejor formación que su padre, es menos emocional, más calculador y tiene mejor presencia física. Ha sido programado para reinar y tiene la suficiente ambición para intentarlo, va a contar con la colaboración de los dos grandes partidos (nuevo papelón para el PSOE) y con el rechazo de los minoritarios; los primeros en decadencia y los segundos en auge.Pero serán los intereses externos los que determinen la estabilidad de la institución, aunque la República es en el país cada vez más deseada por amplios sectores sociales. El príncipe Felipe será proyectado como el adalid de la paz y la estabilidad, pero hoy los gestos son insuficientes a pesar de ser necesarios.

Dada la velocidad de los acontecimientos, todo es posible, todo está cerca y todo se aleja.

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